La mayor preocupación que expresa la gente a la iglesia son primero los robos, amenazas, levantones, el cobro de derecho de piso, las balaceras, seguido de la salud y la falta de empleo, señala el arzobispo de la Arquidiócesis de Tulancingo, Domingo Díaz Martínez.
Tras la crisis que ha dejado la pandemia, monseñor confío que la iglesia en Hidalgo seguirá creciendo con las actividades pastorales que tiene programadas para sumar voluntades y sembrar bienestar entre la población, y espera que la sociedad también lo haga para que viva en paz y contentos.
“Le vamos a seguir buscando vivir no solamente es sobrevivir sino el vivir bien, nosotros tenemos otros recursos, pero sumando voluntades podemos llegar muy lejos, yo creo que este año vamos a seguir creciendo en bienestar, en nuestra fe porque pensábamos que la pandemia nos había dejado lejos, pero no”, indicó.
El arzobispo dijo que impulsar acciones pastorales dará un buen resultado en las Diócesis de Tulancingo, Tula y Huejutla, “cuando dimos el aviso de que regresamos, se vino la gente y teníamos que decir, espérese a la siguiente misa, la gente está puesta y las acciones que tenemos programas pienso que van a dar muy buen resultado”.
Para sembrar valores y las buenas costumbres, Díaz Martínez informó que se propone que un católico de la parroquia visite a cinco familias al mes durante tres años para promover el encuentro y unidad.