El campo del Valle del Mezquital es alimentado por el sistema de aguas residuales provenientes de las presas Endhó y Requena, las cuales se encuentran en la región de Tula – Tepeji.
En la actualidad según la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la presa Requena tiene un azolve del 20 por ciento y la Endhó de un 30, situación que brinda la certeza a los usuarios del sistema de riego de que su capacidad de almacenamiento superó el 70 por ciento.
El azolve de una presa se refiere al nivel de lodos sedimentos que se encuentran en el fondo de las presas, los cuales provienen del sistema de alcantarillado de la ciudad de México.
Estos lodos son beneficios para los agricultores ya que son sedimentos que contienen nutrientes que sirven de fertilizantes a los campos de cosecha, por lo que son solicitados por los agricultores, en las temporadas de siembra.
Estas presas grandes que tienen una altura mayor a 15 metros según ingenieros consultados por esta redacción son difíciles de desazolvar, ya que el movimiento de logística es complejo, así como los permisos ambientales, ya que los sedimentos no pueden quedar a la intemperie.
Además el costo del viaje a los campos agrícolas es cuantioso, estos se realizan con camiones de carga, así como maquinaria pesada, que tiene que bajar al fondo de la presa para poder recoger los lodos.
Según el reporte oficial de la Conagua la presa Endhó se encuentra a una capacidad de llenado del 95.2 por ciento, mientras que la Requena al 29.1 por ciento.
Con anterioridad el presidente Policarpio López González de la unidad de riego no transferida del canal Endhó Xochitlán, anticipó que si no se lograba un cien por ciento de la capacidad de estas presas, las cosechas del reciente ciclo agrícola no se lograrían, lo que significa la perdida de maíz, frijol o calabaza en detrimento de los campesinos del Valle del Mezquital.