Previo a la audiencia para deslindar responsabilidades sobre los mortales hechos ocurridos en la planta cementera La Cruz Azul, de Tula de Allende, Erika, familiar de uno de los imputados, señaló que según le dijo su padre, fue un hombre de apellido Sarabia y un sujeto conocido solamente como “El Chino” quienes contrataron a gente del Estado y Ciudad de México para acudir a la fábrica, donde se cometieron disturbios, el pasado miércoles 27 de abril.
Aseguró, también, que fueron llevados con engaños al lugar, e incluso iban mujeres y niños.
De acuerdo con ella les habrían ofrecido 500 pesos por día bajo la promesa de darles trabajo de seguridad en la planta cementera, argumentando que el sitio estaba vacío y necesitaba ser resguardado.
Explicó que, llegando a la planta Cruz Azul, al bajar de los autobuses en los que fueron llevados, comenzaron a dispararles desde la planta cementera y así comenzaron los disturbios.
Ya en la audiencia inicial el Ministerio Público argumentó que el Informe Policial Homologado (IPH) de los policías que realizaron la detención de diez personas, refiere que los ahora imputados fueron arrestados en flagrancia, una vez que un testigo de nombre Roberto “N” los vio participar en los disturbios y posteriormente huir con dirección a Tepeji del Río Luego, tras la persecución policial-agregó-, capturaron a nueve personas más, entre ellas una mujer.
En cuanto al décimo detenido, el MP reveló que fue capturado de inicio por socios de la Cooperativa La Cruz Azul, para de igual manera ser entregado a la policía.
Como dato referente, dijo, todos los presuntos agresores vestían playeras en color rojo y negro, y algunos se las quitaron en su intento de escape.