Ismael Muñoz Cabrera es profesor de primaria, en agosto recibió la noticia que le darían su plaza, pero ello implicaría tener que dejar su natal Agua Blanca y viajar seis horas hasta su nuevo centro de trabajo en Tepeji del Río.
Desde su lugar de residencia en El Encino, comunidad de Agua Blanca viaja a Tulancingo, de ahí toma el autobús hacia Pachuca, transborda hacia Tula y toma el transporte público hasta Tepeji del Río, por lo que el tiempo de traslado son hasta seis horas para llegar a su escuela.
Actualmente imparte clases en la Escuela Primaria José María Morelos y Pavón, atiende a 19 estudiantes y aunque hace su trabajo con profesionalismo y dedicación asegura que son muchos los sacrificios que hace para desempeñar su trabajo, como es dejar a su familia, la casa y los amigos.
Otro de los sacrificios, afirma que es su quincena pues por vivir lejos debe gastar en la renta, en el transporte público, en comida y en servicios como internet.
De su sueldo, el profesor destina mil 600 pesos para la renta, mientras que un viaje redondo de Agua Blanca a Tepeji del Río gasta 450 pesos, por lo que libres le quedan 3 mil 500 pesos a la quincena, “es solo para irla pasando”.
Algunos de los problemas que enfrenta de vivir en Tepeji del Río, señala que en primera no conocía el lugar, además de que es muy caro todo, desde la comida, el hospedaje y el internet, “todos los servicios son caros”, así como la inseguridad.
Debido a la distancia en la que se ubica su centro de trabajo, lamenta que tiene que quedarse allá y viajar a su casa cada quince días o si se presenta un puente llega a prolongar más su estancia.
“Cuando voy a mi casa llego los viernes en la noche y solo estoy un rato en la mañana del domingo, de la casa salgo a las 11:00 para alcanzar el autobús directo a Tula, porque si me voy en ordinario hago otra hora más”, cuenta.
Para el cambio de escuela, dice que debe esperar dos años, “a partir de que pasa este tiempo ya puedo meter las solicitudes de cambio”, pero desea estar más cerca de su casa, ya sea en Agua Blanca, Metepec o Tulancingo.
Recuerda que cuando aún no tenía la base cubrió interinatos en Pachuca y en San Agustín Tlaxiaca, así como una beca comisión en San Ana Hueytlalpan, sacrificios que tuvo que hacer para tener la plaza.
El tener su plaza, señala que le da seguridad laboral, “con la pandemia incluso ahorita con el paro, aunque no trabajemos recibimos un sueldo seguro, además nos dan prestaciones y tenemos seguridad social”.