Elaborado a mano por la artesana acaxochiteca Laura Cruz, la localidad de Chimalapa tendrá un representante en el Museo Nacional de Pueblos Mágicos de Aguascalientes, toda vez que se concluyó con la confección de un quechquémetl elaborado con tela de algodón y bordada con acrilán. Esta pieza presenta la iconografía típica de las comunidades de Chimalapa y San Francisco Atotonilco, formada por elementos fitomorfos y grecas.
Esta pieza, característica de los pueblos indígenas nahuas y una de las más usadas por mujeres de Acaxochitlán, suele elaborarse con variedad de materiales y así también de diseños. Aunque hay múltiples técnicas con las que se puede crear una de estas, una de las más conocidas es la de punto de cruz, misma que se aplicó para la pieza en cuestión.
La historia del quechquémetl de Acaxochitlán
Muy parecido a lo que conocemos popularmente como un chal, el quechquémetl o quechquémitl es una prenda de origen prehispánico y su nombre proviene de la voz nahua quechtli, que significa cuello; y quemitl, que es vestido.
De acuerdo con investigaciones sobre las vestimentas en México, se piensa que este tipo de prendas eran usadas por la nobleza previo a la Conquista. Sin embargo, luego del avance español por las tierras mesoamericanas, se popularizó y pasó a ser la prenda femenina de cajón. Es una prenda que se vincula con las deidades femeninas de la fertilidad.
Esta prenda se portaba sobre el torso desnudo o sobre un huipil, tradición que se ha perdido con el paso del tiempo, ya que ahora estas dos prendas no suelen portarse juntas.
“El uso de esta prenda tenía muchos objetivos, desde comunicar su importancia social o “estado civil”, hasta representar su cultura o religión dentro de los motivos; también, la usaban para poder cargar a los bebés pertenecientes de la clase alta. Podemos concluir que era de bastante importancia dentro de las culturas prehispánicas y tenía un significado simbólico dentro de estas”, enuncia el portal de Antropología e Historia de México.