Erick Alan Hernández Ortega, coordinador del Centro de Cultura Regional de Tepeapulco, señaló que como parte de la diversificación de talleres que se lleva a cabo en esta unidad, realizó un taller de cianotipia, una técnica artesanal de impresión de negativos en un solo color, que se realiza utilizando una emulsión que revela las imágenes sobre cualquier soporte absorbente en diversos tonos de azul.
Refirió que en la actualidad, por inverosímil que parezca, hay personas que desconocen el proceso para obtener una fotografía impresa, por lo que, aprender esta técnica, no solo les permite conocer de primera mano el procedimiento, sino que les permite aprender, en el paso a paso, algunos datos sobre el proceso histórico de la fotografía.
Explicó que, se atribuye a John Herschel, por allá del año de 1842 la invención de este proceso, el cual consiguió mientras realizaba pruebas con sales de hierro fotosensibles.
Sin embargo, dijo, a pesar de que Herschel fue el inventor, las primeras impresiones fueron realizadas por la botánica Anna Atkins, quien realizó un libro de fotografía, en el que retrató helechos y una infinidad de plantas, las cuales colocó en un álbum.
Detalló que para poder realizar este tipo de fotografías es necesaria la luz y una mezcla química de citrato férrico con amoníaco, los cuales, al entrar en contacto con la luz, la disolución cambia de color a un tono denominado azul de prusia.
Mencionó que el primer proceso que se enseñó a los talleristas es realizar las mezclas, para posteriormente, proceder a sensibilizar el papel, lo cual se logra aplicando la mezcla al papel, tela u otros materiales que se desea imprimir, un proceso, que a diferencia de la fotografía convencional, se puede efectuar en áreas que no necesariamente están totalmente oscuras.
Refirió que, para aplicar la mezcla se debe dejar reposar por unos minutos y extenderla con un rodillo o con un pincel y cuando la solución está extendida en el material a imprimir, hay que dejarlo secar en un lugar ventilado sin luz solar.
Una vez que se realizó este procedimiento, dijo, viene el tiempo de exposición el cual se efectúa una vez que el papel está seco, en este caso, dijo, los talleristas emplearon flores y algunas plantas endémicas para plasmarlas.
Detalló que una vez que se logra el sellado, solo se deben colocar las imágenes al Sol, para lo cual, crearon un pequeño tendedero en el exterior de la Casa de Cortés, y las dejaron por un periodo de entre veinte a treinta minutos.
El proceso concluye, dijo, con el lavado y el revelado, el cual se logra una vez el negativo se pasa al papel, el cual, en este caso, dijo, fueron algunos trozos de manta, papel bond, pero también del tipo opalina.
Destacó que se realizaron tres lavados, los cuales efectuaron en tinas llevadas por los propios talleristas.
Finalmente, dijo, que esta es una técnica muy simple que permite a quienes la practican proponer diferentes variantes dependiendo de la cantidad luz, emulsión o exposición que den a las fotografías.