Uno de los elementos que promueven el derecho de las mujeres a la salud, consiste en tener experiencias seguras y respetuosas durante el embarazo y el parto, por lo que Marisol Ortiz, integrante de colectivo feminista, recordó la importancia de conocer el semáforo de violencia obstétrica con la finalidad de que las féminas sepan identificar alguna mala conducta o práctica y la denuncien.
El movimiento feminista ha luchado por los derechos de las mujeres en diversos ámbitos, uno de ellos es el de garantizar la salud ginecológica y obstétrica: “Es muy importante que las gestantes reciban un trato digno, en primera porque son personas, son mujeres y son madres”, contó la activista.
Refirió que por desgracia, la mayoría de las mujeres que están a punto de parir son sometidas a violencia, debido a que en ocasiones, el personal de las instituciones de salud está poco capacitado, por lo que les da un trato inadecuado: “Nos encontramos con enfermeras poco empáticas que les gritan, las hacen sentir culpables de los dolores, las dejan esperando sin medicamentos o con médicos que las lastiman al tacto”, contó.
Por ello, recordó que la etapa del embarazo y en el momento de dar a luz, deben de contar con atención de calidad: “no se les pide que las consientan, se exige que tengan un trato digno”, por lo que compartió que el semáforo de violencia obstétrica, implementando por el sector salud de la entidad, sirve de guía e inicia con situaciones como rasurarlas; ponerles sonda cuando pueden orinar; meter la mano en su matriz; cortar su vagina; culparlas o gritarles al quejarse; no enseñarles a amamantar; obligarlas a aceptar un método para no tener más bebés y dejarlas solas por más de dos horas, entre otras.