L os relojes monumentales no sólo dan la hora, sino que muchos de ellos fueron diseñados para deleitar a feligreses, lugareños y visitantes con su música. Cronistas de Tulancingo refieren que algunos de ellos como el ubicado en el cruce de las calles de Hidalgo y Manuel F. Soto han dejado de funcionar por largo tiempo tal y como sucedió hasta hace algunos meses con el monumental de la Catedral Metropolitana de esta ciudad.
En entrevista Jorge Alan Olvera Ríos, originario y vecino de Zacatlán, Puebla, es parte de la cuarta generación de relojeros que han puesto en marcha maquinarias en diferentes partes del país, incluyendo ciudades del Estado de Hidalgo, como Tulancingo, Santiago Tulantepec, Pachuca, Atotonilco El Grande y Huejutla, por mencionar algunos, mismos a los que les da mantenimiento cuando se lo solicitan. “Con la ayuda de la tecnología se pueden intercalar hasta seis melodías por día, esto depende del gusto de los clientes, por desgracia algunos de ellos se encuentran actualmente en el olvido”, comentó.
Explicó que los diferentes temas como El Huapango de Moncayo, El Hidalguense, La Bikina, Que Chula es Puebla o villancicos navideños, por mencionar algunos, pueden escucharse mediante un carillón, que es un instrumento de percusión idiófono que consiste en un juego de campanas en escala musical que se golpean con un martillo mediante un juego de palancas que se hacen sonar simultáneamente.