La fuente ubicada en al atrio central del exconvento de San Francisco de Asís en Tepeapulco, cumplirá 95 años de vida en agosto de este año, por lo que desde hace un par de semanas se comenzó con el proceso de rehabilitación de este monumento que fue colocado hace casi un siglo en sustitución de la cruz atrial con la que fue abierto este templo durante el siglo 16.
Miguel Ángel Monroy, cronista municipal, señaló que, con base a información documental, en los primeros años de la Colonia el atrio contaba con una cruz mañozca, denominada así en honor al arzobispo Don Juan de Mañozca, pero que décadas más tarde sería tomada, por la iglesia para llevarla a la Catedral Metropolitana, en la capital del país.
Este sitio, dijo, fungía como cementerio y permaneció así hasta el año de 1806 cuando se fundó un segundo panteón, desde entonces conocido como San Miguel; sin embargo, dijo, durante la época, por cuestiones de sanidad, se recomendó que los panteones se ubicaran a un mínimo de dos kilómetros de los centros habitacionales.
“Aún con montículos y vestigios del panteón la tierra era fértil para la plantación de árboles y otras plantas con lo que se inició un jardín; sin embargo, dijo, el entonces presidente municipal Higinio Muñoz Lozano consideró que hacía falta alguna pieza que embelleciera el sitio, por lo que, con el apoyo del Comité Particular Agrario y de la ciudadanía decidieron construir de esta fuente en 1928”.
Explicó que Higinio Muñoz, es considerado como el “presidente artista”, ya que tenía un especial gusto por el arte, pues de hecho tocaba diversos instrumentos musicales, por lo que su interés por la cultura y por saber más sobre la historia de México lo llevaron a crear y proponer diversas actividades en el municipio, entre estas la construcción de la fuente cuya rehabilitación continúa y concluirá en las próximas semanas cuando se coloque el motor que hará que después de décadas el agua emerja de las fauces de los cuatro leones que se ubican en los cuatro puntos cardinales.
Al respecto Miguel Ruiz, integrante de la agrupación Medio Siglo, a través de la cual, se lleva a cabo la restauración indicó que este proceso se llevó a cabo emulando las técnicas ancestrales y respetando los materiales “originales” como la piedra de obsidiana de Epazoyucan y otros materiales como ónix, proveniente de Zempoala, siguiendo procesos de la época, además de que se colocó un cinturón de protección para evitar que las raíces de los árboles circunvecinos dañaran el monumento.