Uno de los músicos originarios de Tulancingo que lograron cruzar fronteras estatales con su música es sin lugar a dudas Rey Kalavera, proyecto musical que lo mismo rinde homenaje al Santo que a los huapangos “de Pahuatlán”, o a lo divertido de enfiestar con amigos para disfrutar la libertad.
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Entre anaqueles repletos de discos, vinilos, películas de conciertos y múltiples cráneos de diversos materiales así como ilustraciones de esqueletos que parecen sacados del imaginario de José Guadalupe Posada, el tulancinguense “Zexgio” Calavera departe sobre lo que ha sido para él una carrera musical basada más que nada en la pasión, el amor a las bandas que desde “chavito” le inspiraron, así como el recuerdo y aprecio a su tierra y a otras tantas que ha conocido.
Frontman de Rey Kalavera, ensamble que se “destrampa” en los escenarios al ritmo de rock, rock and roll y hasta rockabilly, el elocuente artista nativo de la localidad de Jaltepec -porque hasta eso, argumenta, “hay una diferenciación de Tulancingo y Jaltepec”- debe a su sentimiento por la música y a su trayectoria, una serie de anécdotas interesantes.
Una de ellas es la de cuando le escribió una canción al Santo, integrándose así a las filas de otros artistas o bandas, entre ellos el también tulancinguense Mastuerzo, que le dedican una pieza al Enmascarado de Plata. Hasta el día de hoy, su rola no ha sido objeto de señalamientos o demandas por parte del Hijo del Santo, quien como propietario de los derechos para explotar la imagen del ícono ha frenado, por ejemplo, la venta de souvenirs en el Museo del Santo en Tulancingo, al menos a finales de 2021 cuando trabajadores del gobierno municipal así lo confirmaron.
“Automáticamente como tulancinguense, dije por ley tenemos que hacerle una canción, porque el Santo ha sido un emblema muy grande en el rock and roll (...) muchos grupos lo agarran como una parte importante, entonces como buen tulancinguense tengo que hacerla”, expresó.
Sabedor de que la imagen de este luchador es cuestión de polémica, Kalavera destaca que en todo momento lo que buscó con esta canción es emitir un homenaje respetuoso, “con admiración”. Incluso coincide con Mastuerzo, quien recientemente declaró que “aunque al Hijo del Santo le enoje, el Santo es de todos”.
“Yo aclaro que es por admiración o respeto, hasta ahorita no he tenido un problema con eso (...) yo no me metería con su Hijo (del Santo), solo quiero que entiendan que es homenaje para él. Como lo dijo el maestro Mastuerzo, (el Santo) es de nosotros, por supuesto que estoy de acuerdo”, abundó.
Historias así se vuelven el principal motor para la inspiración de sus canciones, aunque tal aseveración no es una regla o un mandamiento para regir su estética. Compositor de sus propias rolas, no muy afín a interpretar covers, Zex comenzó su carrera en plena década tardía de los 90, cuando ya sentía la influencia directa de referentes del rock latinoamericano como la Cuca, Javier Corcobado, Héroes del Silencio, La Barranca, San Pascualito Rey, Enanitos Verdes, entre otros.
“Te levantas con ideas en la cabeza, agarras la guitarra y te aferras a una nota. Solitas las canciones que yo compongo salen y ya (...) la música es una chamba también y hay que invertirle, hay que sacar lugares y presentar la música en donde se pueda (...) voy a seguir haciendo discos hasta donde pueda”
A más de dos décadas de carrera, tiene la satisfacción profesional y personal de haber compartido escenarios con varios de ellos. El futuro de Rey Kalavera sigue en constante construcción. Aunque en plataformas digitales ya hay material discográfico con su obra, en el que incluso cuenta con algunas rolas hechas de la mano de músicos de la talla de Luis Álvarez “El Haragán”, una de las metas es concretar un disco en formato físico, fiel a su ritualística afición por coleccionar discos, cassettes o vinilos de sus bandas favoritas.
“Cada día lo disfruto tal cual, no sé qué viene mañana. Cuando estás en el escenario y ya vas a tocar, siento la emoción como el primer día que toqué. Acabando es solo respirar y decir gracias, no importa nada más (...) yo no vengo a competir, yo vengo a compartir. Este rock folklórico es para compartir, es para todos”, concluye.