TULA DE ALLENDE, Hgo.- Don Raúl Lugo Sanabria vive en el callejón Club de Leones, el 6 de septiembre del 2021, al desbordarse el rio Tula además de que su casa quedó bajo el agua, la avenida se llevó al menos una franja de seis metros de ancho, de su terreno, donde estaban su patio y huerta, pero también parte de los cimientos de la casa y vive en la zozobra de que con otra avenida se derrumbe.
El suyo es un terreno ejidal, explica, que no forma parte del terreno federal de las márgenes del río Tula y precisa que cuando a él le otorgó el predio el Ejido de San Pedro Alpuyeca, la orilla estaba como a cien metros de distancia, pero poco a poco ha ido cambiando el trazo del cauce.
Comenta casi a 8 meses de la inundación ninguna autoridad se ha presentado a decirle que obras se harán en el río ni para ayudarle a reparar la cimentación o a consolidar el terreo para evitar que la corriente siga socavando el terreno y a cimentación de su vivienda.
Refiere que hacer la reparación por su cuenta sale caro y la opción que encontró fue colocar costalera con arena, pero también es costoso. Hizo cuenta que cada costal le cuesta cinco pesos y por un ciento que adquirió, ya gastó 500 pesos y no son suficientes.
Dijo que semanas le visitaron topógrafos para decirle que ya iban a empezar los trabajos del río y hacer algunas marcas sobres su terreno, pero no le han informado nada ni de los trabajos que se harán, si lo reubicarán o si le pagarán por la afectación que sufrió su casa y su terreno.
Refiere también que ve poco avance en los trabajos, ya que asegura las máquinas que ingresaron se dedicaron a hacer “como un carril” pero con las lluvias registradas este se deshizo.
“Y en realidad el azolve no se ve que lo retiren, que lo saquen, vea” mostró.
Refiere que personas le han dicho que las empresas contratadas por Conagua si va a arreglar el tramo levantando bordos y rectificando el río, pero comenta que los topógrafos le han dicho que no pueden meterse a tirar el carrizo porque vienen los ambientalistas y los detienen.