Aumentan entre 5 y 10 por ciento, las muertes por ahogamiento durante la Semana Santa, informó la Secretaría de Salud; por ello hace un llamado a las familias que salgan a las playas o parques acuáticos a tomar medidas de precaución para evitar accidentes.
Por medio de un comunicado de prensa, señala que los ahogamientos constituyen otra causa de fallecimientos accidentales y, de acuerdo con estimaciones del Consejo Estatal para la Prevención de Accidentes (COEPRA), durante los periodos vacacionales este tipo de sucesos se incrementan entre 5 y 10 por ciento principalmente en playas sin vigilancia.
De acuerdo a la Coordinadora Estatal de Accidentes de la SSH, Maribel Vite Reyes, se recomienda nadar en zonas vigiladas por autoridades, así como estar alerta a indicaciones.
En el caso de los padres y madres deben conocer las disposiciones de seguridad dispuestas en las playas, como banderas, además de mantener en constante vigilancia y colocar flotadores o chalecos salvavidas a menores.
En el hogar se sugiere mantener cerrados tinacos, pozos, piletas, contenedores o depósitos de agua; en el caso de cisternas asegurarlas con tapa metálica y candado u otro mecanismo que imposibilite su apertura por parte de algún menor.
Los ahogamientos en niños pequeños también pueden suceder en bañeras e incluso, en cubetas, por este motivo los menores siempre deben estar al cuidado de un mayor que supervise sus juegos. Además, las albercas de plástico, las cubetas y tambos en los patios y terrazas se deben vaciar después de utilizarse.
En lo que se refiere a ríos, lagos o lagunas, se debe nadar sólo en partes bajas sin flujo de corriente y de manera indispensable con vigilancia de un adulto, así como atender todas las indicaciones y señalamientos que alerten sobre algún riesgo.
En todos los casos es recomendable que los menores nunca naden solos, pues en caso de peligro o desmayo es necesario que alguien los auxilie de manera oportuna.
Finalmente, los especialistas de la SSH Y COEPRA, indicaron la importancia de evitar lanzarse al agua en lugares donde se desconozca la profundidad, pues ello puede generar lesiones de gravedad en la columna vertebral y que, en ocasiones, podrían derivar en parálisis permanente.