Como cada primero de mayo la iglesia católica le rinde homenaje a San Peregrino Laziosi, el fraile de la Orden de los siervos de María al que se le pide por los enfermos de cáncer o sida y cuya historia refleja la existencia de los milagros, mediante el poder de la oración; en la capital hidalguense uno de los recintos religiosos que alberga su imagen es la Parroquia de la Asunción de María, ubicada a un costado del mercado primero de mayo.

En la actualidad, millones de vidas en todo el país son apagadas por algún tipo de cáncer, los tratamientos son dolorosos y costosos, por lo que miles de creyentes, no sólo católicos, hacen peticiones a diversos santos para que intercedan por sus enfermos, siendo San Peregrino Laziosi, el más buscado para luchar contra este tipo de padecimientos. De acuerdo con información difundida por la Arquidiócesis Primada de México, este santo nació en el año de 1260 en una familia acomodada y participó activamente en la política de su país, lo que lo llevó a tener una postura anticatólica; sin embargo, durante una rebelión popular, golpeó al embajador papal de paz, el que le respondió poniendo la otra mejilla, momento desde el cual se hizo creyente.

Según la historia, recibió una visión en la que se le pidió unirse a la Orden de los Frailes Servitas, por lo que luego de llevar a cabo su educación teológica y ordenación, se le asignó cumplir labores en su ciudad natal, Italia, lugar donde fue fundador de una casa de la orden de los servitas; se le conocía como un excelente orador y un ferviente predicador, cercano a la gente y comprensivo. Padeció en carne propia cáncer en uno de sus pies, por lo que luego de un tiempo de extenderle a lo largo de toda la extremidad le iba a ser amputado; un día antes de realizarse el acto, rezó fervientemente y se curó milagrosamente; para después perecer en el año 1345.