En Tulancingo, en el siglo XIX, existió un negocio que gozó de fama internacional al convertirse en una de las primeras empresas importadoras del país, La Fábrica de Jabón “Santa Margarita”.
Ubicada en la calle Benito Juárez número 52, esta Factoría fue fundada por su propietario el señor Ignacio Ildefonso Illescas, en 1871.
La empresa contaba con la tecnología más innovadora para la manufactura de jabón y estaba compuesta por dos empleados generales y diez operativos, que se encargaban de la producción del jabón “R. E. I.”.
En la misma época en que Porfirio Díaz se levanta en armas proclamando el Plan de la Noria en el cual desconocía la presidencia de Benito Juárez.
En ese momento, Europa se encontraba dividida y en Guerra, por lo que pequeñas empresas en América comenzaron a surgir con la posibilidad de acaparar el mercado local.
En 1575 se construyó una almona en la Ciudad de México, el jabón que se fabricaba en ella era el que usaban los mexicanos, hecho a partir del tequezquite, un mineral rico en sosa, y algunas plantas.
Entre otras actividades que realizaba la empresa estaba la importación de aceite, sosa cáustica y semilla de algodón, mismos que eran usados para la fabricación del jabón.
Además de que el señor Illescas era dueño del Hotel San Carlos, uno de los más concurridos en la época, y tenía una agencia para la venta de fonógrafos, de discos Víctor y Columbia.