Santiago Tulantepec es un municipio que destaca a nivel turístico por su famosa Santiagada, evento taurino similar a la Pamplonada, pero con un toque que la hace única y que se puede vivir en familia este 25 de julio cuando se realice.
La Feria de Santiago Tulantepec es el marco perfecto para esta celebración y comienza desde el 20 de este mes por lo que no te la puedes perder si quieres vivir momentos de adrenalina. La Santiagada también tiene su historia y en ella se involucra Don Pedro.
Don Pedro Amador Canales, lleva 44 ediciones de la santiagada trabajando ininterrumpidamente en este evento taurino, que, contó, inició en la administración de Gabino Salas López, quien gobernó de 1979 a 1982. Desde entonces, no ha habido un año que se suspenda esta tradición (excepto pandemia) y que el señor Pedro no participe. Asegura que este evento es el alma de la feria.
“Lo inició el señor Gabino Salas Lopez, presidente municipal de 1979 a 1982, lo iniciamos con vaquitas, eran vaquitas chiquitas pero bravas, pero la gente se montaba en ellas y hacían desfiguros y años después se metieron los animales más bravos (toros) y se modificó todo, entonces tuvimos que meter madera más resistente, todo hacerlo más seguro”, contó con jiribilla el señor Pedro, quien tiene 68 años de edad y 44 formado parte del evento.
Puntualizó que al no ser animales bravos (las vaquitas) incluso algunas murieron en el lugar, debido a que se les montaban, razón por lo que, Guillermo Jimenez Rodríguez, presidente de 1991 a 1994, optó e inició con la tradición de utilizar toros de gran tamaño para evitar que la gente los montara.
“Se cambiaron a los toros por órdenes del señor Guillermo, porque eran vaquitas así chiquitas como perros y la gente se montaba en ellos por la emoción, inclusive las primeras se murieron y había gente se comía la sangre porque decían que era muy bueno. Ahora se alquilan los animales y no se maltratan”, puntualizó.
Sello de Santiago Tulantepec
Si bien el señor Pedro no recuerda el origen de esta festividad, sí sabe que es para dar identidad propia al municipio, pues es el único evento taurino de esta envergadura en el estado y es un sello de Santiago Tulantepec, incluso ese día acuden extranjeros adictos a la adrenalina.
“De lo único que estoy seguro es que se inspiraron en la Huamantlada, entonces dijeron queremos algo similar acá, inicialmente se llamaba pamplonada, pero desde hace ocho años cambió a santiagada”, precisó don Pedro.
Pese a ser un evento taurino, durante estos 45 años, únicamente una persona ha perdido la vida, y no fue por causa de los toros, más bien el exceso de alcohol en la sangre le hizo perder el equilibrio, cayó de un segundo piso y murió.
Fue en el año 2016, cuando una joven mujer, quien disfrutaba de los toros desde las alturas, al intentar bajar las escaleras, perdió el equilibrio y cayó de una altura de al menos cinco metros, pese a que fue trasladada de urgencias, perdió la vida debido a las heridas que presentaba en la cabeza.
“Falleció sólo una señorita que se cayó de una azotea, estaba super borracha, de ahí en fuera únicamente heridos por los cuernos de los toros, han sacado hasta 17 por evento, pero todo siempre por el alcohol. Hay personas que les han atravesado testículos, les han metido el cuerno por el recto, o sea eso sí ha sido muy cabrón, pero la verdad es por gusto. A mí una ocasión me atravesaron la pierna y me podía meter la pinza de lado a lado … iba yo a lazar al animal, pero se me vino de frente y no pude correr, no me dio una pinche zarandeada chula y tuve que salir rodando por debajo de los palos”, recordó entre risas don Pedro.
Así se Preparan
El trabajo de preparación para la Santiagada es de hasta 15 días de anticipación, pues deben colocar los palos y tener la madera para que la gente vea el evento y, sobre todo, para que sean protecciones cien por ciento seguras y no se vayan a romper.
“Antes solo poníamos redilas de carros, pero eran vaquitas, no había mayor riesgo y había menos gente, éramos meramente los colonos, ya con los toros llegan muchos visitantes. Cada vez trato de inventar las cosas mejor para no tener accidentes, sería un peligro que se nos saliera un animal entonces por eso pensamos y tratamos de empalar lo más seguro que se pueda. Cada año cambiamos la madera de ser necesario”, explicó, mientras señalaba los palos viejos que descontinuaron este año.
Recordó entre risas que un año les prestaron un cebú gigante, y al dar un pechazo a una de las maderas las rompió y se les escapó, por lo que debieron de reforzar las medidas de protección para el siguiente año. Explicó que el proceso consiste en clavar el palo hasta 60 centímetros, retacar el hoyo de tierra seca y dar la mayor cantidad de marrazos posibles, una vez bien fijos, comienzan a tejer la madera (tablas de madera colocadas de manera horizontal) y hacer el cerco lo más resistente y fijo posible.
El día de la Santiaga, don Pedro y sus compañeros, se distribuyen de manera estratégica para vigilar las maderas y cambiarlas en caso de que algunas se rompan, - “es un trabajo en equipo, no podría solo”-.
“Yo estoy viejo, ya tengo 68 años de edad, este trabajo es para burros, no para cristianos, terminas con el lomo rojo y las manos callosas, pero si no se hiciera este evento se acaba la feria. Empezamos a empalar desde 15 días antes y se levanta un día después del evento”, dijo.
Reconoció que sin duda es una responsabilidad muy grande, tanto para ellos como para los que se meten con los toros, pero la diversión y adrenalina que esto provoca es inigualable. Incluso, recordó, hubo algunos años donde la corrida de toros se realizaba sábado y domingo, para atraer más turistas y aprovechar la renta de los animales.
“Mira aquí la gente no somos toreros, pero con algunos tragos nos sentimos así, le prestan un capote a ese cabrón y con un poco de suerte le salió perfecto y la gente en las gradas le grita “torero, torero”, pero en el próximo regreso que venga el animal lo engancha, entonces aquí nos animamos a entrar a base de la copa”, dijo nervioso el señor.
Aunque si bien hay algunas modificaciones que se han hecho con el tiempo, como el control de la venta de alcohol o el prohibir entrar con botellas de vidrio para evitar riñas, don Pedro asegura que, si algún día cancelan el evento, se perderá la esencia del pueblo y moriría la feria.
“Aquí la Cucaña y la Santiagada es lo que hace a la feria, cuando esa mugre la quiten (la cucaña) o está, se acabó la feria, y es un dinero te lo puedo jurar caro, fácil son 200 mil, pero no se gana nada, aquí tenemos una costumbre fea de que nos gusta ver buenos espectáculos y de gorra”, expresó.
Seguridad a la Orden
El tema de seguridad en la feria no es cosa menor y ya anunciaron que hasta 11 mil pesos en multa, más unas horas de arresto, será la sanción para quien inicie o participe en una riña o conato de bronca, en la tradicional Santiagada, en la feria de Santiago Tulantepec.
Dante Cárdenas Flores, presidente municipal, fue quien anunció estas medidas, aseguró que más allá de causar molestias, busca que el evento se realice en paz y con saldo blanco, pues es una actividad familiar.