“La gente está respondiendo muy bien, el arraigo que hay en Tulancingo es grande todavía y no queremos que se nos pierda, por eso estamos trabajando, para que no se nos pierda”, expresó Monseñor Domingo Díaz Martínez, Arzobispo de la Arquidiócesis de Tulancingo.
Para el líder religioso, es una alegría y un deber que en la Ciudad de los Satélites la fe católica sigue muy arraigada entre los tulancinguenses y otros municipios por la importancia religiosa de la demarcación, al albergar a la Arquidiócesis, el Seminario, la Capilla de la Expiración que es una de las más antiguas de América Latina, el Convento de las Madres Carmelitas Descalzas que es único en Hidalgo, y otros centros religiosos de suma importancia.
Prueba de ello son las recientes actividades de Semana Santa, o también llamada la Semana Mayor, en las que Díaz destacó que, a comparación del año anterior, hay mucha más respuesta por parte de los feligreses.
Uno de los factores por los que este año se ve el avivamiento de la llama católica es que el año anterior, aún se vivían los últimos estragos de la pandemia por Covid-19.
“Quizá sea porque todavía el año pasado nos alentamos mucho en la participación por el Covid, este año ya no dijimos nada entonces por eso es pero sí, bastante gente es la que responde”, aseveró.
Sin embargo, a pesar de la positiva respuesta de los tulancinguenses e inclusive de feligreses de otras partes del estado, Monseñor señaló que la misión y la consigna que tiene la iglesia es la de integrar a los jóvenes al llamado religioso.
Esto debido a que la mayor parte poblacional que acude a misa y a otras actividades que organiza la iglesia católica son adultos y adultos mayores.
“Sí hay jóvenes, quisiéramos que asistieran más jóvenes pero es más de adultos todavía”, explicó Díaz.
En ese tenor, con el objetivo en mente de aumentar la participación de adolescentes y adultos jóvenes es que en distintas parroquias existe la Pastoral Juvenil que busca precisamente explicar, fomentar y arraigar la fe católica.
Además de la Pastoral Juvenil, Díaz Martínez señaló que también se hacen misiones, retiros y viacrucis para los jóvenes, donde ellos participan y organizan dichos eventos para la comunidad parroquial.
Para lograr esta integración y en general la de la iglesia católica, es que se necesita la unión de todos los personajes que la integran y su trabajo en conjunto aunque para esto, señaló que se necesita tiempo.
“Eso tiene que ser con el tiempo y sin dejar de insistir, caminar, caminar despacio pero sin pausas, no te quedes parado y con el tiempo eso se logra. Hay que seguir los objetivos y con el tiempo vamos a ir caminando todos sin dejar de insistir”, recalcó el líder religioso.
La Arquidiócesis llegó a Tulancingo el 22 de mayo del año 1864 y actualmente, la integran 92 parroquias, seis vicarías fijas, seis cuasiparroquias, una rectoría y un templo expiatorio.
Su territorio comprende una parte del oriente del estado de Hidalgo, de la Sierra Norte de Puebla y tres municipios de la Huasteca Baja de Veracruz, la primera división territorial que experimentó la Diócesis de Tulancingo fue al crear el obispado de Huejutla en 1992, posteriormente Tula de Allende.
Al existir varias diócesis cercanas, con similitudes para la mejora en la atención pastoral se crea la nueva Provincia Eclesiástica de Hidalgo y la sede episcopal de Tulancingo es elevada a la iglesia metropolitana.