“Va seguir lloviendo y eso es muy bueno para el campo y los ganaderos, de seguir así para enero y febrero las presas estarán llenas y se podrá cultivar”, presagió el investigador hidalguense adscrito a la Universidad Autónoma de Chapingo-Texcoco, Filogonio Jesús Hernández Guzmán.
En la Huasteca esta temporada de huracanes y ciclones tropicales contribuyen a que mantenga su humedad la tierra y se recarguen los mantos freáticos (capas de agua que se acumulan en el suelo a una profundidad determinada), allá tendrán su recompensa los campesinos en las cosechas de naranja y forraje, “les cayó bien”, consideró.
Por ejemplo, dejará de estar seco el río de San Felipe Orizatlán, en esa región, dijo “no se resiente el exceso pluvial, no les afecta”.
Permitirá que sigan vivas las plantas de cítricos, como la naranja, al igual que papaya, café y guayaba, añadió.
Para los animales habrá comida: sorgo para forraje, maíz ensilado y alfalfas, refirió.
También, los escurrimientos se van a los mantos freáticos y se recargan, resaltó.
En cuanto al Valle del Mezquital, “es una bendición (las lluvias) para las partes altas”, donde la mitad de la superficie cultivable siembran alfalfas, y una señal más, si se retrasaron las lluvias así con las heladas, entonces es aprovechable.
Para Tulancingo la meteorización de los suelos dificulta su siembra, pero se puede optar por avena, frijol y algo de maíz, cultivos de 90 días porque “va seguir lloviendo y eso es bueno”, como también para el Altiplano.