De acuerdo con un reporte de la Secretaría de Salud Federal, hasta agosto en este 2022, se han atendido a mil 915 personas por mordeduras de caninos.
La mayoría de los perros son amigables, pero inclusive aquellos animales que normalmente son dóciles, pueden llegar a morder especialmente cuando se ven atemorizados o protegen a sus cachorros, a sus dueños o su comida.
Los propietarios de cualquier animal tienen la responsabilidad de los daños y perjuicios que éste ocasione a terceros.
De acuerdo con la Ley de Protección Animal, en el artículo 30 establece que toda persona propietaria, poseedora o encargada de un perro está obligado a colocarle una correa al transitar con el en la vía pública.
Las violaciones de las disposiciones establecidas en este artículo se sancionarán de acuerdo a la gravedad de la infracción, con una multa de 10 a 600 unidades de medida es decir de 962 pesos hasta los 57 mil 732 pesos.
Hay tres tipos de leyes que pueden imponer responsabilidad civil sobre el propietario de una mascota: La primera es el estatuto de mordidas de perros, establece que el dueño del perro es automáticamente responsable por los daños y heridas que el animal cause, la segunda es la regla basada en una mordida, está regla no hace responsable al propietario de la primera mordida del animal, solo se sancionaría si el animal es reincidente, sin embargo, muchos estados ya no consideran esta regla valida y aplican la regla de encontrar a los dueños responsables y la tercera basada en las leyes de negligencia, en este caso el dueño será considerado responsable legalmente si los daños ocasionados por la mascota son resultado de negligencia o descuido irrazonable por parte del propietario.
También te puede interesar: Estacionamientos de hospitales son de tiempo limitado
El dueño del animal es responsable civil por los daños que su animal pueda causar, sin embargo, hay dos excepciones que la ley recoge, en las que no se considera responsable al propietario por los daños que su mascota pueda ocasionar, la primera es en caso de fuerza mayor, robo, incendio, un terremoto etc. y la segunda si el perjudicado fue el incitador del ataque, es decir, si el perro ataca a un ladrón, si se ha herido al animal, etc.