El reloj de la Catedral, ícono de Tulancingo, está sin funcionar desde hace tres años.
A muchas personas les llama la atención que este ejemplar inglés que data de 1830 y se ubica en la torre izquierda de la Catedral Metropolitana a unos 27 metros de altura, en pleno corazón de esta ciudad, señale desde hace tiempo las cuatro horas.
En entrevista habitantes de esta ciudad dijeron que era ya parte de un hábito, el voltear hacia la parte alta de la iglesia para ver la hora, o escuchar cada hora las campanas indicando el tiempo exacto del día.
La carátula tiene un diámetro de un metro con 80 centímetros aproximadamente, se aprecian las fechas 1851 y1964.
Su peso estimado es de una tonelada y media, y para llegar a él hay unas escaleras de madera vetusta.
El mecanismo es de pesas de 120 kilos (los cuartos) y de 90 kilos (las horas); el peso de cada pieza hace que los engranes den vuelta.
Se dice que fue trasladado de Inglaterra alrededor de 1830 y en esa época la única forma era vía marítima.