En una década, el flujo de mexicanos que se internan en Estados Unidos (EU) se ha reducido, producto de los más de 3 millones que deportó el gobierno de Barack Obama y los más de 650 mil que lleva el sucesor Donald Trump. El país se está convirtiendo en un lugar de estancia, tránsito y recepción para los centroamericanos que no logran pasar a la vecina nación del norte.
Lo anterior informó Eunice Rendón Cárdenas, representante en México de la organización “Chicanos por la causa”, fundada hace más de 50 años, que trabaja a favor de los paisanos, sobre todo en la frontera entre ambos territorios.
Próximos abrir una oficina en la Ciudad de México, no cree totalmente que los gobiernos de este país prefieran que los connacionales sigan en EU ya que sus remesas que envían a sus familias son importantes para activar economías locales.
“En 10 años se ha venido reduciendo cada vez más el número de personas (paisanos) que migran (a EU), sigue habiendo migrantes y más en ciertos pueblos (municipios) porque representan el ingreso económico más importante con las remesas que envían.
“Sin embargo, no se debe criminalizar ni ver como algo negativo; se deben desarrollar las comunidades para que la gente no se vea obligada a migrar, sino sea algo optativo; lo que sucede con la primera generación de mexicanos que llegaron allá, lo hicieron más por una necesidad que una opción”, refirió.
De acuerdo con los datos que tiene Chicanos por la causa, hay 35 millones de mexicanos en EU, 12 son de primera generación, aproximadamente 20 de segunda, y el resto de tercera y otras generaciones, indicó.
En esa apreciación y con lo sucedido en el gobierno de Obama más lo que se viene registrando con el de Trump, Eunice Rendón afirmó que “son más los que regresan”, ahora prefieren quedarse en México por las dificultades que representa cruzar la frontera de forma ilegal, mientras que para los centroamericanos representa un país de “tránsito que cada vez se convierte en uno de recepción o tránsito, por todo lo que Trump está amenazando”.