Todo tipo de piezas de pan de dulce sufrirán un incremento a su precio entre 10 y 20 por ciento a partir de esta semana en la región de Tulancingo, informó el líder del gremio de panaderos, Apolinar Ramírez. En tal sentido, el alza por pieza sería de 50 centavos a un peso en promedio.
"El queso subió mucho, el huevo subió mucho. Con el azúcar, tenemos tres problemas serios. Anteriormente costaba 800 pesos un bulto de azúcar y actualmente ya está en mil 300 pesos (...) hay además escasez de azúcar blanca. El huevo subió un aproximado de 40 por ciento", expresó el panadero.
Hizo hincapié en que en lo que respecta a pan de sal o de mesa, tal cual son bolillos o teleras, no sufrirán este aumento de precio pese al incremento de otras materias primas como huevo.
En otro sentido, mencionó que luego de que el año pasado fue escasa la harina de trigo derivado del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, este insumo se ha regularizado paulatinamente e incluso ha reducido su costo: "actualmente se están recuperando las ventas, el calor nos trajo otra problemática y lo que queremos es organizarnos para que los precios sean razonables para la ciudadanía, todo con cosas naturales y de la región".
Por tal motivo reprobó el uso de ingredientes artificiales como leche o huevo en polvo, al considerar que en la región Tulancingo hay productores agrícolas y lácteos a los que hay que apoyar para que "entre todos nos vaya bien y demos cosas de calidad". Asimismo hizo un llamado a aquellos panaderos que no están debidamente registrados ante las autoridades para ejercer la labor, pues además de no cumplir con los procesos de calidad e higiene, ejercen "competencia desleal" al ponerse frente a negocios establecidos para acaparar clientela.
Finalmente reconoció que se vive una falta de "mano de obra" ya que las nuevas generaciones no se acercan a aprender el oficio de panadero. Aunque Ramírez imparte cursos en la colonia Guadalupe de Tulancingo, aseguró que son más mujeres que hombres las que se acercan, toda vez que a los jóvenes "se les hace difícil todo y el celular los tiene enviciados. Están trabajando y quieren ir 'luego luego' al celular (...) se les hace pesado y ya no quieren estar encerrados. Anteriormente había en las panaderías dos o tres que querían trabajar, ahora los dueños tienen que ir a buscar gente a las colonias".