Aproximadamente el cuarenta por ciento de la población de la comunidad indígena ñhañhu San Ildefonso de este municipio, de al menos diez mil habitantes, se encuentra afectada por adicciones como drogadicción y alcoholismo.
La mayoría son jóvenes que se encuentran inmersos en esta problemática social que se registra desde hace meses, lo que desencadena violencia en algunos hogares.
Así lo manifestaron ayer la gobernadora indígena ñhañhu de la localidad de Tepeji del Río, Patricia Jiménez Martínez y la pobladora Balbina Camacho Tapia.
Aseguraron que faltan pláticas preventivas sobre adicciones que implementen autoridades gubernamentales, ya que se han disparado a la alza últimamente y los principales perjudicados son pobladores desde doce años de edad en adelante.
Además que los usos y costumbres de los habitantes indígenas ñhañhus impiden que se realicen talleres preventivos sobre las adicciones actuales, dijeron las entrevistadas.
Coincidieron en decir que la problemática social también acarrea violencia de diferentes tipos hacia las mujeres y adultos mayores, así como origina escándalos, sobre todo los fines de semana.
“Aunado a que algunos niños ya no estudian en escuelas públicas porque sus respectivos padres o tutores no cuentan con la economía suficiente para enviarlos a recibir enseñanza básica” indicaron la gobernadora indígena ñhañhu y la habitante de San Ildefonso.
Las quejosas agregaron que de igual manera esta comunidad indígena requiere de mayor seguridad pública en el día y noche, toda vez que ya se han registrado robos a casa-habitación y de ganado.
Así como algunas personas que acuden a pastorear a sus animales en el cerro que colinda con el vecino municipio de Tula de Allende ya han sido agredidos por presuntos malhechores que han escapado.
En otro tenor, dijeron las mujeres que también falta impulso de parte de autoridades de los tres niveles de gobierno hacia los indígenas ñhañhus, ya que en muchas ocasiones son discriminados al no brindarle la atención adecuada por las problemáticas que aquejan a los habitantes.
“Los funcionarios públicos no deben hacer diferencia en ser indígena o no pues violentan los derechos de un ser humano, además que deben evitar ejercer discriminación hacia ellos pues todos somos seres humanos e hijos de Dios” refirieron.
Finalizaron diciendo que los indígenas ñhañhus se rigen por sus usos y costumbres, sin embargo, ante este problema como son las adicciones y la violencia el gobierno debe intervenir para que no siga creciendo.