"Para evitar conflictos entre los herederos legítimos y aquellos que no lo son, la ciudadanía se apoya de los testamentos, mediante los cuales, se decide en vida para quienes serán los bienes, tanto muebles como inmuebles, así como las deudas.
Los interesados en llevar a cabo este tipo de trámites, deben tener mayoría de edad, estar en pleno uso de sus facultades mentales, manifestar su voluntad de manera clara y detallada y cumplir con ciertos requisitos que inician con el llenado de una solicitud, presentar acta de nacimiento, identificación oficial, tener a la mano los datos correctos de la albacea y cubrir el pago de derechos correspondientes en la forma que señale la Ley Federal.
De igual modo, en el testamento público abierto, el testador deberá proporcionar diversos datos personales como nombre completo; fecha y lugar de nacimiento; nacionalidad; ocupación; domicilio actual y estado civil; en caso de ser casado, especificar bajo qué régimen se llevó a cabo el matrimonio, si en sociedad conyugal o en separación de bienes.
El testamento es un acto personal, revocable y libre, por el cual una persona dispone de sus bienes y derechos, y declara deberes para después de su muerte, por lo tanto puede ser modificable y cambiado cuantas veces sea.
Desde el año 2003, se estableció una campaña por parte de la Secretaría de Gobernación (Segob) y el Colegio Nacional del Notariado Mexicano, para contribuir a la cultura de previsión, por lo que se denominó a septiembre como el ‘Mes del Testamento’, con el objetivo de fomentar la importancia de responsabilidad para no heredar conflictos.