En testimonio anónimo para salvar su integridad así como la de su familia y su hijo, una madre de Tulancingo cuenta que desde que reportó a su hijo como desaparecido en Napateco el pasado ocho de febrero, ha sido víctima de intentos de extorsión vía telefónica. Aunque su caso se cerró favorable pues gracias a la labor conjunta entre las autoridades, así como de la sociedad civil, su hijo regresó a casa con vida, narra que desde el principio le solicitaron 60 mil pesos y luego 120 mil para “que mi hijo no fuera lastimado”.
Todo comenzó aquel jueves de febrero, cuando al caer la noche su hijo no llegó a su hogar como de costumbre. De 15 años de edad, el menor contó que lo “subieron” a una camioneta en lo que parecía ser un intento de presunto secuestro. Aunque no existen muchos detalles porque el menor está evidentemente afectado por los sucesos y por ende aún le cuesta trabajo similar lo ocurrido, el agente del Ministerio Público de Tulancingo que se asignó particularmente a su caso les informó que el joven era trasladado a un predio ubicado en Cuautepec de Hinojosa.
“Subimos la imagen de mi hijo a redes para que se hiciera masiva, pero inmediatamente comenzaron las extorsiones. Fue ahí que acudimos a las autoridades. Nos decían que necesitaban recabar el dinero y que se les depositara si queríamos ver bien a nuestro hijo, que les apoyáramos con la cantidad. En la primera llamada nos pidieron 60 mil pesos, posteriormente nos empezaron a subir la cuota, que 120 mil, o 150 mil pesos, querían la mitad para que pudiéramos verlo a través de videollamada, posterior a ello, lo entregarían hasta que diéramos el restante del dinero”, cuenta la madre.
“Al momento sí pensamos en depositar el dinero, porque aún con lo que la gente que según lo había visto nos contó, nosotros fuimos a buscarlo y nadie nos daba razón”, indica.
Sin embargo, nunca estuvo claro si los presuntos extorsionadores fueron los mismos que retuvieron al menor, porque una vez que las autoridades entregaron al joven, estas continuaron. “Nos siguen llamando y llegando mensajes, nos están amenazando que van a empezar a publicar cosas contra nosotros, pero ya se está tratando con las autoridades”, abundó. En la cronología de la desaparición, el muchacho libró el potencial secuestro gracias a que en un momento en que los perpetradores lo dejaron solo a bordo de la unidad, se bajó y se escondió debajo del vehículo. Al poco rato se fueron, “porque seguro pensaron que mi hijo ya había huido”.
No recuerda cuánto tiempo tardó en una situación similar, pero al recobrar la conciencia, se levantó y caminó por los campos de Cuautepec. Gracias a que los ciudadanos reconocieron al joven por su vestimenta, llamaron a los números de contacto y entonces el Ministerio Público lo resguardó tras encontrarlo caminando. La angustia para la familia se mantuvo por casi cuatro días, pues fue el domingo 11 de febrero cuando el agente ministerial les avisó que hubo el hallazgo de dos jóvenes, uno de ellos sin vida.
Se dirigieron con la esperanza de que el cadáver no fuera el de su hijo. Al llegar, lo vieron sano y salvo y el alivio fue agridulce, porque “nos quedamos con la preocupación de la otra familia, de la del joven que encontraron sin vida. No le deseamos a nadie que pase por esto”
En su experiencia, el acompañamiento del Ministerio Público favoreció a la búsqueda. Desde un principio un agente atrajo su caso particularmente, mantuvo comunicación permanente con ellos y agilizó la activación de la ficha de búsqueda. No obstante, sí les indicaron que “había otros cuatro casos delante de nosotros”, por lo que les hicieron saber que la atención sería en el orden asignado. Además de que como se mencionó, el MP ya indaga sobre las presuntas extorsiones, el joven fue dispuesto a atención psicológica para recuperarse mentalmente del suceso.
A casi medio mes de marzo, la región del Valle de Tulancingo está por alcanzar los 30 casos de desaparecidos, un promedio de casi 10 personas por mes durante el 2024. En total, son 18 hombres y ocho mujeres. De este universo, 12 personas regresaron a sus hogares, según lo que han informado las corporaciones de búsqueda en la entidad: la Alerta AMBER Hidalgo, la Asociación Civil Sonrisas Perdidas Hidalgo, la Corporación de Búsqueda de Personas del Estado de Hidalgo (CBPEH), y la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH).
Cabe mencionar que el registro de esta casa editorial puede variar, ya que hay casos de desaparición que no se reportan ante alguna de las mencionadas corporaciones o por temas administrativos se comparten hasta varios días después. De hecho, en días recientes, la PGJEH adjudicó un caso a Tulancingo de Bravo, cuando familiares precisaron que la persona en cuestión se vio por última vez en Acaxochitlán. Afortunadamente, su ficha de desaparición ya se desactivó porque fue localizada a las pocas horas luego de su publicación.