Si de delicias hablamos, uno de los antojitos que han resistido el paso el tiempo son los tlacoyos, un manjar prehispánico que aún se consume en Hidalgo.
Es común que en los tianguis y los mercados se prepare artesanalmente este platillo considerado uno de los más antiguos que lleva consigo la riqueza la historia y la cultura culinaria del país.
El tlacoyo sin duda se ha convertido en un tesoro gastronómico que ha conquistado paladares generación tras generación.
Acompáñanos en un viaje a través de la esencia de este manjar, sus raíces históricas, y cómo ha evolucionado para convertirse en un emblema de la identidad culinaria.
¿Qué es el tlacoyo?
Destaca como una deliciosa masa de maíz azul o blanco nixtamalizado con forma ovalada, popularmente rellena de alberjón y frijol, aunque actualmente también se preparan de requesón y papa.
Este antiguo manjar conserva su preparación original, que es a mano y se cocina en comal, Aunque la receta original prescindía de acompañantes, se sirven con salsa picante, lechuga o cilantro, cebolla y queso, lo que les da un toque único.
¿Cuál es el origen de los tlacoyos?
Históricamente, los tlacoyos fueron utilizados por los indígenas mesoamericanos como provisión en sus largos viajes, siendo un alimento práctico y nutritivo.
En los tianguis, los vendedores, conocidos como tlacualnamac, contribuyeron a la evolución y diversificación del tlacoyo y otros productos de maíz.
¿Qué significa la palabra tlacoyo?
De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), la palabra tlacoyo proviene del náhuatl tlatlaolli que significa 'maíz molido'. Se trata de una tortilla gruesa de maíz rellena de frijoles u otro alimento.
Desde hace 40 años, Margarita Pacheco Trejo, originaria del municipio de Agua Blanca se ha dedicado a preparar tlacoyos y actualmente los vende dentro de un local en el mercado municipal.
Por su sabor inigualable, se han convertido en uno de los antojitos más preciados por sus comensales que cada que acuden a su puesto no dudan en pedir una orden.
Recuerda que los tradicionales eran de alberjón aunque actualmente vende de frijol por la demanda de sus clientes y también ha llegado hacer de papa.
Asegura que para elaborar un tlacoyo se debe tener práctica, ya que cuando no se tiene es difícil de hacerlos, "si se te afloja la masa cuando la preparas o te queda dura no salen. Tienes que saber darle el punto a las dos masas".
Considera que darle la forma es difícil sobre todo cuando se hace a mano , pero con la máquina de hacer tortillas y con práctica se hacen rápido.
La clave para degustar un rico tlacoyo, dice que es la preparación de la masa y el relleno, así como la salsa con la que se bañan.
Hace 40 años, una orden de tres tlacoyos los vendía en un peso, ahora los comercializa en 20 pesos, siendo un antojito rico en nutrientes y accesible a los bolsillos.
Antojitos Doña Mago se mantiene de pie desde hace 60 años ofreciendo este antojito mexicano que perdura como parte esencial de la rica tradición culinaria mexicana.