TULA DE ALLENDE, Hgo.- Una actividad febril se registra esta mañana en la ciudad de Tula y en general en todas las zonas afectadas por las inundaciones en la región Tula. Las personas buscan con desesperación regresar a la normalidad y han comenzado a asear viviendas y comercios. En las calles hasta ayer llenas de lodo hoy hay apiladas toneladas de muebles y enseres inservibles.

Ayer los gobiernos del estado de Hidalgo y municipales, informaban a la población que la región Tula seguía en estado de alerta por inundación, porque podría seguir lloviendo, aumentar el nivel de los ríos y drenar más agua a las zonas inundadas desde el lunes, e incluso anegar nuevos espacios.

Por la mañana se dejó ingresar a sus casas y negocios y algunos comenzaron a limpiar por su cuenta y militares y funcionarios comenzaron la limpieza de las calles, pero por la tarde noche se pedían a las familias se quedarán en los albergues y que no intentaran ingresar a las zonas afectadas hasta que se realizara la limpieza, porque representaba un riesgo a la salud. Y como se quitó la energía, las familias no regresaron.

Les aseguraron que se evitaría el saqueo y la rapiña y para apoyar en el operativo de vigilancia, por la noche llegaron a Tula 150 efectivos de la Guardia Nacional más, pero esta mañana desde temprana hora nadie pudo evitar que las personas ingresaran a sus viviendas y negocios y comenzaran la limpieza.

En cuestión de un par de horas las calles se transformaron, se antojan escenas de guerra, ya que se apilan materiales de construcción, enseres domésticos, ropa, muebles de todos tamaños, juguetes y vehículos.

Hay la inquietud de que siga lloviendo, pero los vecinos buscan regresar con urgencia a la normalidad.

Mireya Ramírez, quien vive en la calle Colegio Militar, comentó “no hay manera ya de recuperar nada, en todos los negocios y casas, se perdió casi todo. Sabemos que podría seguir lloviendo y volverse a inundar, pero tal vez podamos rescatar algo y si limpiamos más pronto podremos volver a trabajar.

No nos podemos quedar sentados esperando, mirando.” Refirió que los días pasados junto con su familia y vecinos estuvieron observando por horas el río, desde la colonia 16 de Enero, esperando que disminuyera el nivel, lo que fue desesperante, por lo que hoy, cuatro días después, aunque les dijeron que no entraran a limpiar, ingresaron porque las calles ya se secaron pero muchas construcciones tienen agua adentro y temen se dañen más.