Como “alarmante”, es que la fundación Sonrisas Perdidas Hidalgo califica la situación de desaparecidos en el Valle de Tulancingo en lo que va del 2024, al considerar que de acuerdo con sus estadísticas, van 15 casos de personas no localizadas que se reportan ante dicha Asociación Civil. Sin embargo, la mayoría de estos casos obedecen a desapariciones voluntarias.
Martha Navarro, presidenta de la fundación desde el año 2000, expresó en entrevista que hay casos que integran la estadística que no fueron desapariciones forzadas, pues los involucrados dejaron su hogar voluntariamente. Lo anterior, según una de las hipótesis, es derivado de maltratos en el hogar o crisis domésticas.
“Es importante decir que no todas son desapariciones forzadas, la mayoría son voluntarias y afectan a los jóvenes. Los jóvenes están atravesando una situación difícil y con ello la cifra en Hidalgo está subiendo alarmantemente”, sentenció.
Cuando ocurren estos casos, lo recomendable es que las familias se dirijan ante instancias de salud mental, al considerar que es una problemática cada vez más recurrente principalmente en adolescentes o en mujeres jóvenes. Navarro señala que por ello, siempre es ideal primero tratar de localizar al familiar extraviado con amigos, familia e incluso con sus parejas sentimentales.
“Por algo los jóvenes salen de su casa, los papás tenemos mucho que ver en esto. No nada más los jóvenes que desaparecen tienen que ir a psicología, también los padres. Nos han tocado casos de jovencitas que son maltratadas (...) el número de desaparecidos aumenta por esta razón. Hay mucha violencia intrafamiliar. Los jóvenes dejan su casa por varios días y pues entran en la estadística”, abundó.
Sin embargo, dicha condición en la estadística no mengua la crisis actual. En ese sentido, hay áreas de oportunidad que deben atenderse, considera Navarro. Una de ellas es la atención a las familias, ya que “no se les brinda como debe de ser”. Coincide, como muchos otros activistas, con la idea de que los agentes ministeriales así como funcionarios públicos, no tienen la capacitación necesaria para abordar los casos de desaparición sin victimizar.
“Luego me ha tocado escuchar cuando soy acompañamiento, que si se pierde una muchacha le dicen a sus papás que no se preocupen, que a los dos o tres días va a regresar y hasta ‘con premio’. Eso no puede ser, eso es una majadería y juega con el dolor por el que están atravesando las familias”.
Otro factor que puede agilizar las localizaciones, es la difusión de las fichas de búsqueda. La activista refirió que en el pasado, se gestionó ante algunas marcas de abarrotes un proyecto para que las fichas de desaparición se colocaran en cartones de leche, sin embargo no se consolidó. Una alternativa es que se transmitan spots en los distintos medios de información, toda vez que “las fichas sí ayudan”.
En ese orden de ideas, señaló que esperan tener diálogo con el gobierno de Julio Menchaca, particularmente porque hubo mesas de trabajo durante la administración de Omar Fayad.
Pese a intenciones de la gestión anterior, el Ministerio Público pedía a familiares que enfrentaban casos de desaparición “que no mandaran a hacer fichas a las organizaciones porque obstaculizaban el trabajo de las autoridades. Eso es mentira. Nosotros al difundir una ficha apoyamos y la gente se siente apoyada en ese aspecto”