Se siente ya el “frío de muertos” sobre la ciudad de Tulancingo, cada vez más panaderías despachan el apetitoso pan de muerto y seguramente a partir de este jueves 19 de octubre comenzarán a llegar los primeros puestos al tianguis tradicional con adornos para tu ofrenda, calaveritas de dulce y chocolate y hasta algunos comerciantes que traerán desde Acaxochitlán o Agua Blanca, ramilletes o macetas con flores de cempasúchil.
Es innegable que la temporada espectral donde gozamos de asustarnos comenzó, por lo que hoy recordamos cinco lugares que gozan de cierta popularidad terrorífica entre nuestra comunidad. Todos ellos alojan leyendas que se han esparcido entre tulancinguenses con el paso de los años, seguramente muchos las escuchamos de voz de nuestras maestras en la primaria y por supuesto de voz de nuestros abuelos y abuelas. Catacumbas, tuneles, cavernas satánicas, fantasmas de infantes que siguen apareciéndose, en fin. Estas son los cinco lugares más terroríficos de Tulancingo, según lo dicta la creencia popular.
La Catedral Metropolitana
Por contradictorio que suene, la Catedral de Tulancingo también es motivo de historias y leyendas que erizan la piel. Basta con hacer un recorrido por sus casi 300 años de existencia para imaginar cuántas vivencias y cuantas personas han cruzado por sus altos portones de madera. Y es que en sus antiguos terrenos se encontraba el panteón municipal (sitio donde hoy están los juegos del Jardín La Floresta, el Círculo del Eco, etcétera), probable razón por la que haya testimonios que aseguran que por estos jardines suelen verse, ocasionalmente, algunas almas desplazándose de un lado a otro, especialmente durante las horas de la madrugada.
Asimismo, al interior del templo, justo debajo del altar principal, existen una serie de catacumbas de las que poco se habla, esto porque desde hace algunos años ya no es posible que el público en general ingrese a dicho espacio. De la Catedral también sale una red de túneles que llevan a diferentes partes del centro de Tulancingo, aunque recientemente, las autoridades eclesiásticas han negado la existencia de los mismos. Por estos túneles, supuestamente, era una de las vías por donde las monjas que vivían en el Antigüo Convento adjunto a la catedral, iban a visitar a los militares del cuartel vecino. Se dice que en una ocasión, una de las monjas terminó embarazada y fue cruelmente asesinada por uno de los uniformados, dejando así su alma en pena para la eternidad. Por supuesto, son solo creencias. Según, uno de esos túneles conectaba con el cerro del Tezontle.
El Cerro del Tezontle
Hogar del famoso y tradicional “Tulantianguis”, este bien famoso cerro es motivo de la que es, probablemente, la leyenda más famosa de la ciudad. Esta dice que antaño vivieron aquí varias mujeres que se dedicaron a la brujería y eran responsables de desapariciones y muertes infantiles. De ellas se ha dicho que tenían la facultad para convertirse en bolas de fuego y así sobrevolar el cerro, además de que también se dice que tenían el poder para convertirse en animales, como guajolotas y lobas.
En conversación con Lorenia Lira, cronista municipal de Tulancingo, menciona que muy probablemente la existencia de las Brujas del Cerro del Tezontle tenga más que ver con una situación sacada de contexto a con algo sobrenatural. Como es sabido, los pueblos originarios de esta región siempre mantuvieron una cercanía muy marcada con la herbolaria y la medicina tradicional, hecho que incluso se mantiene vivo en sitios como Acaxochitlán. De ahí que los españoles al ser tan rudimentarios y arcaicos en sus procedimientos medicinales, hayan visto en las curanderas una suerte de mal profano, que evidentemente ligaron con su concepción de lo pagano y las brujas, tan común en Europa.
Sea verdad o mentira, aún existen muchas personas que viven a las faldas de estos cerros y que aseguran vislumbrar bolas de fuego ocasionalmente, previo a gritarles una serie de maldiciones “para espantarlas”. Hay otra parte de esta leyenda que dice que, en una ocasión, un trabajador que vivía junto con su esposa en este cerro, volvió un día de su jornada y la encontró a ella, así como a otras mujeres, desmembrándose y sosteniendo un ritual: estaban en un aquelarre.
Museo del Ferrocarril
Volviendo a los sitios contradictorios (al tratarse de un destino muy famoso), esta vez toca recordar la leyenda del fantasma de un niño que aún vaga por las inmediaciones al Museo del Ferrocarril. Aunque realmente no se sabe si es un niño o no, se le identifica así por su baja estatura más que por las facciones propias de la edad, aunque su historia trágica marcó el lugar al convertirse en una leyenda.
La historia en sí es incierta y no queda muy claro el origen del “niño”, pero popularmente se sabe que pasaba mucho tiempo en la estación pues estaba fascinado con las grandes maquinarias que dieron paso al crecimiento de Tulancingo. Sin embargo, se desconoce si estaba caminando o simplemente se quedó dormido en las vías del ferrocarril cuando uno pasó, arrebatándole la vida. Tanto fue su amor y admiración que aún después de la muerte, decidió quedarse por siempre en la estación y según se le puede ver ocasionalmente, corriendo entre las taquillas o sentado, al borde de la banqueta, esperando a que pase el tren.
Hacienda de Exquitlán, también conocida como “Pomar”
La ex Hacienda Exquitlán, sitio que alberga la fábrica de sidra Pomar, fue fundada en 1815 y tiempo después adquirida por el señor Pánfilo García, un fiero hacendado que vivió en la región de Tulancingo por muchos años. De gran poder e inmensa fortuna, desde siempre se pensó que don Pánfilo tenía un pacto con el llamado "Compadre", vocativo que se usa en esta y en otras regiones para referirse a Satanás. Y es que fiel a su personalidad, este hombre jamás se interesó por desmentir dichos señalamientos, pues argumentaba que "si quisiera desmentir todo lo que se dice de mí, no tendría tiempo para trabajar". Sin embargo, lo que poco se sabe es que su compadre sí era verdadero: don Pánfilo mantenía este grado con nadie más y nadie menos que con Porfirio Díaz, dictador de nuestro país por varias décadas.
Su única hija era su favorita, pero ella cometió el error de enamorarse de un peón, por lo que cayó de la gracia de su padre. Al confesarle su hija que estaba profundamente enamorada de un peón y de su intención de casarse con él, en un arrebato de ira, Pánfilo se enfureció tanto que la golpeó y la encerró durante muchos meses", cuenta Lira. Es aquí donde se perturba la historia: al peón lo mandó traer para torturarlo hasta destrozarlo y aunque "su hija le rogó que le diera Santa Sepultura" su padre no le hizo caso y partió en pedazos el cuerpo del enamorado de su hija, trozos de carne con los que alimentó a los puercos de su hacienda; su hija al ver tal crueldad, "se deprimió tanto que se suicidó", abunda la cronista. Y es que no solo habría desmembrado a este pobre enamorado, también a los médicos que llegaban para curarlo de una “maldición” que cayó sobre su salud y que por una u otra razón, no lograban curarlo.
Se dice que ahora, en forma de espíritu que se manifiesta a través de la figura de un charro negro, suele andar por las inmediaciones de su hacienda montado en un caballo, cuyas pisadas y casquillos se escuchan principalmente de noche. Otras personas aseguran que las almas de los supuestos desmembrados aparecen por los jardines del recinto; igualmente hay quienes han buscado su tesoro, pues según se cree, don Pánfilo enterró en su casa varios montones de monedas de oro. Hasta la fecha, nadie los ha encontrado.
La Cueva del Chivo: la casa del Diablo en Tulancingo
El grial de griales, la leyenda de leyendas, el terror de terrores en Tulancingo es sin lugar a dudas la Cueva del Chivo, en Napateco. Ubicada justamente en el cerro del mismo nombre, decenas de historias y de prácticas envuelven a este lugar porque no es mentira que aquí acuden creyentes de la Muerte o de prácticas satánicas a ejercer algunos rituales o a depositar ofrendas en la actualidad.
La leyenda dice que todo aquel que desee obtener riqueza, prosperidad financiera, o cualquier otro, debe visitar esta cueva el día 24 de junio, día en que se abren los portales energéticos y que favorecerán a que se llegue a un buen acuerdo. Aquí, la persona interesada deberá sortear una serie de pruebas puestas por el mismísimo Diablo, encarnado en un negro macho cabrío que muchos han reconocido como el Chivo.
En caso de superar la prueba y entrar por la correcta de siete entradas cavernosas para llegar al recinto donde ha de negociar con Satán, el interesado podrá sellar su destino con sangre ante el rey de los infiernos, con condición de entregarle su alma cuando llegue el momento de su muerte. En caso de fallar, no habrá salida y nunca más se volverá a saber de esta persona.
Existe entre los tulancinguenses una persona que supuestamente dicen logró superar las pruebas del Chivo, una persona que tuvo éxito comercial innegable y que incluso construyó un conocido cine ubicado en el centro de la ciudad, bajo encargo del Diablo. El pago es que cuando este cine se llene por completo colapsaría, devorando a todos los que estén en su interior. Se dice que el Cine del Centro es producto de una negociación con el diablo en forma de Chivo, trato que se habría sellado con sangre en su cueva de Napateco.
Además de estas locaciones que forman parte del día a día de Tulancingo y la región, desde los últimos días del mes de octubre y hasta el 2 de noviembre se realizarán diferentes actividades terroríficas para disfrutar solos o en familia.
En el municipio de Tulancingo habrá recorrido de terror en la Hacienda de Jardines de Napateco, noche de leyendas en la biblioteca municipal, paseo ciclista de terror en la ciclovía, entre algunas otras actividades particulares.
En Cuautepec de Hinojosa habrá una rodada de terror y en el municipio de Santiago Tulantepec habrá un desfile de disfraces por las principales calles del municipio.