Estamos a menos de un mes de que comiencen los festejos anuales en honor a la patrona de la Arquidiócesis de Tulancingo, la virgencita de Nuestra Señora de los Ángeles.
Esta imagen religiosa ha alcanzado con el paso de los años, gran popularidad y culto en la región gracias al poderío que surtió la Arquidiócesis desde su fundación, además de que fungió como representante para la evangelización en los pueblos indígenas que habitaban a la redonda y que a la postre se convertirían en los municipios vecinos de Acaxochitlán, Cuautepec, Santiago Tulantepec, entre otros.
Este 2023, año en que cerrará la iniciativa para refrendar el culto para esta imagen y que la Iglesia Católica estableció como Año Mariano, la virgen de Los Angelitos peregrinó por cada una de las foranías de la Arquidiócesis en los estados de Hidalgo, Puebla y Veracruz.
Curiosamente, el fervor religioso que inspira esta imagen no es tema reciente, pues desde su origen en el siglo XVIII ha sido referente de fe y así lo cuenta la cronista municipal de Tulancingo, Lorenia Lira.
Virgen de los Ángeles: la Madonna de los pobres en México
La cronista cuenta que la virgen es venerada no solo en Hidalgo y en la Ciudad de México, sino también en Italia y España. De acuerdo con sus investigaciones, está advocación era conocida como “la Madonna de los pobres de México", siendo así una de las imágenes de la Madre de Cristo con más popularidad a lo largo de nuestro país solo después de la Virgen de Guadalupe, reconocida como "la patrona nacional", señaló.
Las versiones sobre el origen de la patrona de Tulancingo
Sobre su origen, existe la creencia que es la misma Virgen quien decide dónde quiere que instalen sus santuarios, cosa que no ocurrió en Tulancingo, pues no hay registros de apariciones de María en la región.
Sin embargo, la veneración, de acuerdo con la primera versión, comenzó en una pintura de la Virgen de los Ángeles al interior de una casa que estaba en las faldas del cerro del Tezontle. Era tal vez el año de 1736, cuando un artesano de origen hñahñu llamado el "Tata" Coronado, quien llegó procedente de Actopan huyendo de una peste, llegó a vivir en las faldas del Cerro del Tezontle y en su cuarto comenzó a pintar sobre la pared la imagen de una Virgen rodeada de Ángeles.
Aunque la anterior versión goza de mayor aceptación por una historia que profundiza en ese relato y que por cierto publicamos en El Sol de Tulancingo el pasado 26 de marzo de 2023, existe una teoría de que la Virgen fue pintada por un artista italiano que con ese trabajo demostró su gratitud a una familia que le dio cobijo en Tulancingo.
"Ambas versiones tienen algo de lógica, en el siglo XVIII las faldas del cerro del Tezontle eran ocupadas por los indígenas y en el centro por blancos y mestizos. Es decir, suena lógico que el Tata Coronado fuera a vivir a ese lugar. Por otro lado, el pintor italiano seguramente conocía la imagen de (la Virgen de los Angelitos) en Asis, Italia, que por cierto, se parece mucho a la de Tulancingo", abundó, aunque reconoció que lamentablemente, no existen documentos de la época que avalen una u otra versión.
Pese a la poca transparencia documental sobre el origen, es cierto que la fe que se le guarda a la imagen es gracias a sus intervenciones milagrosas que desde mediados del siglo XVIII se manifestaron.
"Poco a poco la gente se enteró de los prodigios atribuidos a ella y acudieron a la humilde vivienda que pronto fue insuficiente para recibir a los feligreses. A principios del siglo XIX se construyó una pequeña capilla, pero fue tanta la devoción que la Virgen tenía sobre todo en la población indígena que el Primer Obispo de la Diócesis de Tulancingo, Don Juan Bautista Ormaechea, solicitó que fuera la Patrona Diocesana. Él mismo colocó la primera piedra el 3 de mayo de 1878 del Templo que actualmente conocemos", precisó Lira.
Hace casi 145 años se instaló la feria al pie de la Iglesia de Los Angelitos
Fue desde ese momento, hace casi 145 años, que la feria se instaló frente al naciente Santuario y que en la actualidad se pone sobre la calle adyacente de Echavarrí y se extiende por varias calles céntricas de Tulancingo. Otro punto a destacar son las procesiones que llegan de diferentes pueblos y comienzan desde los últimos días de julio.
Aunque en un principio también se construían tapetes monumentales de aserrín para venerar a la patrona, tal cual sucede en Acaxochitlán, hay elementos que renuevan en la actualidad la tradición a través de otros referentes tales como la venta de pan de feria, de pulque, o incluso los clásicos pregones que venden tazas, jarrones o cualquier otro instrumento para la cocina.