Durante los festejos a Todos Santos, cientos de familias tulancinguenses acudieron al panteón San Miguel de la ciudad de los satélites para recordar a aquellos que se adelantaron en el camino.
Con grandes ramos de flor de cempasúchil, nube o velo de novia, terciopelo, celosía o mano de león, adultos mayores, adultos, adolescentes y niños entraron al camposanto con la alegría de arreglar la eterna morada de sus familiares.
Además de las flores, tumbas también fueron limpiadas para que las veladoras y demás elementos lucieran bien; en el caso de otras lápidas, las inscripciones que indican el nombre de la persona fallecida y las fechas fueron retocadas, todo esto para embellecer los sepulcros este 1 y 2 de noviembre.
Sin dejar de lado la alegría de volver a ver a sus seres queridos fallecidos, hubo incluso familias que contrataron música de trío, rememorando lo que en vida su familia prefería.
Como es el caso de la señora Remedios y su esposo Constantino Reyes, una pareja de adultos mayores que con alegría y muchas flores de cempasúchil, visitaron tres tumbas: la de los padres de la señora y la madre del señor, acompañados durante todo el trayecto por un trío que cantó “Amor eterno” y “Un puño de tierra”.
Para que las visitas ocurran sin ningún contratiempo, alrededor del camposanto se instalaron patrullas de la policía municipal y estatal, aunado a los operativos de vialidad y protección civil para salvaguardar la integridad de los visitantes en estos días de mayor afluencia.
Cabe destacar que justamente el 1 de noviembre, se inauguró un nuevo mural en la fachada el panteón San Miguel, alusivo al juego entre la vida y la muerte, obra que estuvo a cargo del pintor tulancinguense César Enrique Matínez González gracias a la iniciativa de la Secretaría de Desarrollo Humano y Social, a cargo de Pedro Escudero.