En México existen 68 agrupaciones lingüísticas y 364 variantes, algunas de las que están en peligro extremo de desaparecer son ku’ahl y kiliwa, de Baja California; awakateko, Campeche; mochó, Chiapas; ayapaneco, Tabasco; ixil nebajeño y kaqchikel, Quintana Roo; zapoteco de Mixtepec, e ixcateco y zapoteco de San Felipe Tejalápam, Oaxaca.
Así lo señala la académica del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC) de la UNAM, Carolina Sánchez García, quien agrega: “Si vemos las estadísticas encontramos que hay un número muy bajo de hablantes de estas lenguas. Una revisión minuciosa del censo nos puede llevar a encontrar localidades donde hay un solo hablante”.
Asimismo, resalta la preservación de las lenguas indígenas a lo largo del tiempo, a pesar de los procesos que han vivido los pueblos originarios, como la colonización; ello refiere sus propias estrategias para mantenerlas. Sin embargo, existe la preocupación de emprender acciones que permitan la continuidad de su uso.
Para la integrante del PUIC es necesario profundizar en el conocimiento de lo que está pasando con la reproducción de las lenguas indígenas y cuáles son los factores que inciden en su extinción. Un primer elemento fue la colonización que llevó a la estigmatización de los pueblos y sus culturas, a procesos de discriminación que persisten hasta la actualidad.
Hay casos donde las madres de familia no les enseñan a practicar su lengua a sus hijos para evitar que sean maltratados o rechazados en ciertos contextos sociales y espacios educativos, particularmente en los lugares de destino de la migración, como las grandes ciudades. Para Carolina Sánchez el reto más importante es promover y conservar el valor e importancia que tiene para México su diversidad lingüística y cultural.