TULA DE ALLENDE, Hgo.- Cuando uno conoce a Diana Clavijo Rodríguez, no puede uno imaginarse que sea un sobreviviente de cáncer de mama y menos que aún transita por una dolorosa recuperación después de haber sido sometida a un tratamiento radical, a petición suya, lo que representó que le extirparan por completo un seno, porque es una mujer en la plenitud de su vida que irradia energía y la sonrisa no la abandona.
Diana quien es originaria de la ciudad de Tula de Allende, es química farmacéutico biólogo de profesión, maestra y madre de dos jóvenes y recorre la quinta década.
Cuenta que en julio de 2019 le detectaron cáncer de mama, luego de que ella sintió un bulto en su seno derecho y en ese momento aún sin haberle hecho la biopsia decidió que no quería tomar ningún tratamiento, porque consideró tendría que pasar por un tortuoso proceso de quimioterapia, pérdida del cabello y al final de todos modos moriría.
Tuvo un diagnóstico de 4B, con 50 por ciento de probabilidad y el doctor le dijo que su pronóstico de vida era de unos cinco años, pero con una mala calidad de vida si no tomaba un tratamiento y le convenció de luchar por su vida para estar con sus hijos.
Aceptó, refiere, pero su reacción fue “cerrarse”. Comunicó a su familia y amigos su diagnóstico, pidió que no enteraran a su padre y que no la visitaran. Procesó su dolor y miedo y pidió le retiraran por completo el seno, aunque su médico proponía un tratamiento más conservador.
Hace unas semanas fue sometida a una cirugía de reconstrucción, lo que enfrenta con optimismo porque ahora tiene también una nueva vida. La enfermedad, reflexiona, afectó de muchas formas su vida, su esposo supo manejarlo y debió enfrentar junto con el cáncer un divorcio, pero además tuvo que deshacerse del laboratorio de análisis clínicos que tuvo por 20 años porque estaba en shock y decidió dedicar todo su tiempo a su salud.
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Pero le dejó cosas buenas, porque fue arropada por instituciones y muchas personas entre ellos sus alumnos. Pero además Diana Clavijo de manera natural transitó hasta convertirse en activista. De manera apasionada promueve la detección temprana del cáncer de mama y orienta a otras mujeres sobre los avatares de la enfermedad, pues señala, las personas procesan la noticia como una sentencia de muerte y no tiene por qué serlo si se atiende en etapas tempranas.