Con fe y devoción, la madrugada de ayer lunes partió las 52 peregrinación a pie de la comunidad de Apulco hacia la Basílica de Guadalupe, que reúne a más de 250 devotos.
La jornada comenzó con una misa oficiada por el párroco de Agua Blanca, Jaime Patiño, marcando el inicio de un viaje de fe que ha perdurado por décadas.
Con ropa abrigadora y cómoda, el contingente partió a las 6:00 de la madrugada para recorrer cerca de 145 kilómetros. Algunos llevaban la figura física en sus manos, en una playera, en una estampilla, de la Virgen del Tepeyac.
Esta peregrinación es un acto de fe y devoción hacia la Virgen de Guadalupe, uno de los símbolos religiosos más importantes en México, de acuerdo con Pedro Calva Rojas, organizador de la peregrinación.
Mencionó que cada año parten el 4 de diciembre para llegar a la Basílica de Guadalupe el 8 de diciembre, es decir, que son cuatro días de peregrinación a pie.
"Este año se cumplieron 52 años de la peregrinación de Apulco, aunque llevaríamos 54, pero durante la pandemia se suspendió dos años", compartió.
Recordó que su padre fue el iniciador de la peregrinación, el señor Santiago Calva Sosa, pero cuando lamentablemente falleció él siguió con la tradición en el año 2003, aunque desde el 2000 participa.
"Tenemos mucha fe en la Virgen, venimos con mucha devoción, fue una herencia que mi padre me dejó, él inició en 1969 y cada año la organizaba para agradecer por los favores recibidos", refirió.
A lo largo del trayecto, personas ofrecen alimentos y bebidas a los peregrinos, mostrando así su solidaridad y apoyo a esta manifestación católica.
La llegada a la Basílica de Guadalupe está programada para el 8 de diciembre, donde los peregrinos podrán rendir homenaje a la Virgen y agradecer por el viaje espiritual que han emprendido.
Esta peregrinación anual es un testimonio conmovedor de la profunda fe y la devoción que muchas personas tienen hacia la Virgen de Guadalupe.