/ martes 7 de junio de 2022

Se desploma la campaña de desarme en la 4T

De más de 48 mil piezas canjeadas entre 2015 y diciembre de 2021, menos de 10 mil corresponden a los primeros tres años del programa con la Cuatroté

Cada vez son menos los ciudadanos que acuden a los módulos de canje de armas para entregar armas de fuego, cartuchos o municiones en su poder a cambio de dinero en efectivo, electrodomésticos o algún otro bien.

De 48 mil 114 piezas canjeadas entre 2015 a diciembre de 2021, sólo nueve mil 946 piezas corresponden a los primeros tres años del presidente Andrés Manuel López Obrador, de acuerdo con datos obtenidos por transparencia.

➡️ Apuestan por el desarme y control financiero del crimen organizado

Aunque el número de piezas ha venido cayendo desde hace seis años, es en la administración de la Cuatroté donde el desplome es mayor.

En 2015, a mitad del gobierno de Enrique Peña Nieto, el Ejército recibió 15 mil 813 armas de fuego, mientras que en 2018, al final de su sexenio, sólo captó cuatro mil 443.

Con la llegada de López Obrador el programa se recuperó un poco al lograr obtener siete mil 146 piezas en 2019. Sin embargo, un año después sólo recibió mil 662 y en 2021 apenas acumuló mil 138, la cifra más baja.

La reducción responde al incremento de la violencia en el país, ya que en lugar de deshacerse de sus armas los ciudadanos se sienten más protegidos con estas. Y contrario al canje, buscan adquirir más en el mercado negro.

Anualmente se introducen alrededor de 200 mil armas de fuego ilegales provenientes desde Estados Unidos, informó en una tarjeta informativa de 2019 la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). Y este armamento es el que nutre al crimen organizado, la delincuencia común y ciudadanos.

La pandemia de Covid-19 y las medidas de restricción de convivencia social también redujeron la implementación de las campañas de canje a nivel nacional a partir del segundo trimestre de 2020.

Juan Manuel Aguilar, investigador y especialista en seguridad pública del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia, A.C. (Casede), explica que el incremento de la violencia en México es un reflejo de estas cifras, aunado a la percepción de inseguridad, la emergencia sanitaria y los recambios de la política nacional e internacional del gobierno actual y del sexenio pasado en temas de seguridad por migración.

“En el gobierno anterior había una política de seguridad más concreta en materia de combate a los grupos del crimen organizado; había un mayor nivel de cooperación en el ámbito de la seguridad nacional entre el gobierno de Enrique Peña Nieto y el ex presidente Barack Obama, porque cuando empieza el de Donald Trump empieza a haber roces en materia de descoordinación.

“El ámbito de la materia de seguridad contra el crimen organizado se cambia completamente por las opciones del tema migratorio, aunque a quién le toca encararlo bien es al presidente Andrés Manuel López Obrador… (Antes) se veía reflejado un poco más el efecto de las acciones de seguridad y que la gente se sintiera un poco más motivada a participar en las campañas de canje de armas de la Sedena”, asegura el especialista.

Por otro lado, dice, cambió la percepción de la población a estar segura y busca autodefenserse.

En cuanto al tema de la pandemia, explica que se reducen las cifras de desarme por las medidas de distanciamiento social, por las condiciones sociales y la parte de detener actividades. “La gente no podía hacer este tipo de acciones de las cuales hay que ir a los centros de canje”.

MICHOACÁN, COLIMA Y QROO, LOS QUE MENOS ARMAS ENTREGAN

La Ciudad de México, Coahuila, Estado de México y Sinaloa concentraron en conjunto 62.2 por ciento del total de armas cortas y largas entregadas por la ciudadanía entre 2015 y 2021.

En la capital del país se intercambiaron 15 mil 962 piezas. En esta entidad el gobierno capitalino y el Ejército han promocionado con mayor frecuencia las campañas de canje.

En segundo lugar está Coahuila, con cinco mil 205. Luego el Estado de México, con cuatro mil 866 y Sinaloa, con tres mil 930.

Michoacán, con apenas 115 armas canjeadas en siete años, es uno de los estados con mayor presencia del crimen organizado y donde surgieron las autodefensas ante la incapacidad del Gobierno por defender a la población y hacer frente a los grupos delincuenciales.

En Colima, uno de los estados más azotados por la ola de violencia reciente y donde apenas en abril el gobierno de Estados Unidos emitió una alerta para que sus ciudadanos no viajen, apenas se canjearon 64 armas.

En los últimos lugares están Campeche, Baja California Sur y Quintana Roo, con menos de 40 armas intercambiadas en el mismo periodo. Este último estado también ha registrado un incremento en los hechos de violencia aún en las zonas turísticas más importantes.



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Cada vez son menos los ciudadanos que acuden a los módulos de canje de armas para entregar armas de fuego, cartuchos o municiones en su poder a cambio de dinero en efectivo, electrodomésticos o algún otro bien.

De 48 mil 114 piezas canjeadas entre 2015 a diciembre de 2021, sólo nueve mil 946 piezas corresponden a los primeros tres años del presidente Andrés Manuel López Obrador, de acuerdo con datos obtenidos por transparencia.

➡️ Apuestan por el desarme y control financiero del crimen organizado

Aunque el número de piezas ha venido cayendo desde hace seis años, es en la administración de la Cuatroté donde el desplome es mayor.

En 2015, a mitad del gobierno de Enrique Peña Nieto, el Ejército recibió 15 mil 813 armas de fuego, mientras que en 2018, al final de su sexenio, sólo captó cuatro mil 443.

Con la llegada de López Obrador el programa se recuperó un poco al lograr obtener siete mil 146 piezas en 2019. Sin embargo, un año después sólo recibió mil 662 y en 2021 apenas acumuló mil 138, la cifra más baja.

La reducción responde al incremento de la violencia en el país, ya que en lugar de deshacerse de sus armas los ciudadanos se sienten más protegidos con estas. Y contrario al canje, buscan adquirir más en el mercado negro.

Anualmente se introducen alrededor de 200 mil armas de fuego ilegales provenientes desde Estados Unidos, informó en una tarjeta informativa de 2019 la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). Y este armamento es el que nutre al crimen organizado, la delincuencia común y ciudadanos.

La pandemia de Covid-19 y las medidas de restricción de convivencia social también redujeron la implementación de las campañas de canje a nivel nacional a partir del segundo trimestre de 2020.

Juan Manuel Aguilar, investigador y especialista en seguridad pública del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia, A.C. (Casede), explica que el incremento de la violencia en México es un reflejo de estas cifras, aunado a la percepción de inseguridad, la emergencia sanitaria y los recambios de la política nacional e internacional del gobierno actual y del sexenio pasado en temas de seguridad por migración.

“En el gobierno anterior había una política de seguridad más concreta en materia de combate a los grupos del crimen organizado; había un mayor nivel de cooperación en el ámbito de la seguridad nacional entre el gobierno de Enrique Peña Nieto y el ex presidente Barack Obama, porque cuando empieza el de Donald Trump empieza a haber roces en materia de descoordinación.

“El ámbito de la materia de seguridad contra el crimen organizado se cambia completamente por las opciones del tema migratorio, aunque a quién le toca encararlo bien es al presidente Andrés Manuel López Obrador… (Antes) se veía reflejado un poco más el efecto de las acciones de seguridad y que la gente se sintiera un poco más motivada a participar en las campañas de canje de armas de la Sedena”, asegura el especialista.

Por otro lado, dice, cambió la percepción de la población a estar segura y busca autodefenserse.

En cuanto al tema de la pandemia, explica que se reducen las cifras de desarme por las medidas de distanciamiento social, por las condiciones sociales y la parte de detener actividades. “La gente no podía hacer este tipo de acciones de las cuales hay que ir a los centros de canje”.

MICHOACÁN, COLIMA Y QROO, LOS QUE MENOS ARMAS ENTREGAN

La Ciudad de México, Coahuila, Estado de México y Sinaloa concentraron en conjunto 62.2 por ciento del total de armas cortas y largas entregadas por la ciudadanía entre 2015 y 2021.

En la capital del país se intercambiaron 15 mil 962 piezas. En esta entidad el gobierno capitalino y el Ejército han promocionado con mayor frecuencia las campañas de canje.

En segundo lugar está Coahuila, con cinco mil 205. Luego el Estado de México, con cuatro mil 866 y Sinaloa, con tres mil 930.

Michoacán, con apenas 115 armas canjeadas en siete años, es uno de los estados con mayor presencia del crimen organizado y donde surgieron las autodefensas ante la incapacidad del Gobierno por defender a la población y hacer frente a los grupos delincuenciales.

En Colima, uno de los estados más azotados por la ola de violencia reciente y donde apenas en abril el gobierno de Estados Unidos emitió una alerta para que sus ciudadanos no viajen, apenas se canjearon 64 armas.

En los últimos lugares están Campeche, Baja California Sur y Quintana Roo, con menos de 40 armas intercambiadas en el mismo periodo. Este último estado también ha registrado un incremento en los hechos de violencia aún en las zonas turísticas más importantes.



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