/ martes 19 de abril de 2022

Alemania quiere devolver arte robado

En reconocimiento de su historia, la Asociación de Museos de Alemania buscará restituir los bienes culturales que fueron saqueados en el pasado

Los museos de Alemania buscan contribuir a una reparación procesando la historia del patrimonio colonial, y dicen que la restitución de los bienes culturales saqueados solamente puede ser el principio, según dijo la directiva de la Asociación Alemana de Museos.

"Es bueno cuando la cultura adopta el papel de un catalizador", afirmó el presidente saliente de la asociación, Eckart Köhne, en un diálogo con la agencia DPA.

Puntualizó que el patrimonio cultural es solamente un aspecto parcial, pues considera que el verdadero objetivo debe ser una cooperación global más allá del intercambio cultural.

Para Köhne, el plano político también debe cuestionarse su compromiso en África y en otros lugares, por ejemplo en lo que respecta a las relaciones económicas justas y al problema común del cambio climático.

El directivo no pudo dar cifras sobre cuántos objetos de origen dudoso se encuentran en los fondos de los museos alemanes y que por lo tanto deberían ser restituidos, y consideró que es posible que muchos permanezcan en estas instituciones, ya sea en carácter de préstamo permanente o en exposiciones.

En el caso de los Bronces de Benín, dijo que se encontraron soluciones razonables. Los museos de ese país albergan aproximadamente mil 100 valiosas figuras expoliadas del palacio real tras la subyugación del reino de Benín (hoy Nigeria) por las tropas británicas en 1897.

La meta, según el presidente de la asociación de museos, es restituir los objetos, impulsar las cooperaciones e intensificar el intercambio. Puntualizó que también es posible llegar a un acuerdo con los dueños legítimos.

El Museo Regional de Baden, que el propio Köhne dirige, lo demuestra puntualmente en la colección de porcelanas del industrial judío Ernst Gallinek, que fue restituida a los herederos tras haber sido saqueada por los nazis, pero que permanece en el museo gracias a una compra por parte del estado de Baden-Wurtemberg.

El directivo aconsejó implementar un enfoque diferenciado al tratar la historia de las colecciones: "No es posible reescribir la historia siguiendo los parámetros actuales", dijo.

El presidente de la Asociación Alemana de Museos admitió que para cumplir esto se necesita de mucho tiempo / Foto: Cortesía Badisches Landesmuseum

Detalló que parte del llamado botín turco del Museo Regional, que es una colección de trofeos llevados a Alemania por príncipes de Baden, fue capturado efectivamente en el campo de batalla en las guerras en Turquía. Sin embargo, dijo que de los 600 objetos del periodo comprendido entre 1680 y 1700, estos son apenas unos pocos.

"Se trata de un acontecimiento histórico, pero no es un patrimonio colonial", dijo, ya que los margraves de Baden habían coleccionado específicamente arte otomano.

Alemania promulgó en 2016 la ley de protección de los bienes culturales para evitar la entrada ilegal de objetos. Desde el punto de vista de Köhne, se trata de un instrumento relevante, que puede ser evaluado y ajustado después si es necesario.

"Muchos objetos no cuentan con documentación. ¿Nos es suficiente tener la declaración jurada del propietario anterior o necesitamos más comprobaciones? Ahí todavía hay margen de maniobra", apuntó.

El presidente de la Asociación Alemana de Museos también consideró que para procesar el patrimonio cultural, además de suficientes recursos personales, se necesita de mucho tiempo.

"Se trata de una tarea de generaciones, que no puede ser resuelta con velocidad", afirmó, aclarando que no todos los tesoros coloniales en los museos son objetos expoliados.

"Muchos fueron vendidos, intercambiados o regalados", apuntó. Y añadió que las restituciones son obligatorias si se ven afectados los principios éticos y morales.

Como ejemplo, mencionó los restos humanos que acabaron en colecciones antropológicas o las cabezas reducidas. Hasta el siglo XIX, los cazadores de cabezas las preparaban como trofeos y las utilizaban con fines de culto.

"No se trata en primer lugar de aspectos jurídicos, sino de un compromiso moral", subrayó Köhne. Dijo que en la evaluación de los antecedentes de una adquisición debe involucrarse a las naciones de procedencia.

Köhne dejará su puesto al frente de la asociación que agrupa a los museos a comienzos de mayo. Está previsto que sea sucedido en el cargo por la directora del Museo de Ultramar de Bremen, Wiebke Ahrndt. Los miembros de la agrupación decidirán al respecto el 10 de mayo.



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Los museos de Alemania buscan contribuir a una reparación procesando la historia del patrimonio colonial, y dicen que la restitución de los bienes culturales saqueados solamente puede ser el principio, según dijo la directiva de la Asociación Alemana de Museos.

"Es bueno cuando la cultura adopta el papel de un catalizador", afirmó el presidente saliente de la asociación, Eckart Köhne, en un diálogo con la agencia DPA.

Puntualizó que el patrimonio cultural es solamente un aspecto parcial, pues considera que el verdadero objetivo debe ser una cooperación global más allá del intercambio cultural.

Para Köhne, el plano político también debe cuestionarse su compromiso en África y en otros lugares, por ejemplo en lo que respecta a las relaciones económicas justas y al problema común del cambio climático.

El directivo no pudo dar cifras sobre cuántos objetos de origen dudoso se encuentran en los fondos de los museos alemanes y que por lo tanto deberían ser restituidos, y consideró que es posible que muchos permanezcan en estas instituciones, ya sea en carácter de préstamo permanente o en exposiciones.

En el caso de los Bronces de Benín, dijo que se encontraron soluciones razonables. Los museos de ese país albergan aproximadamente mil 100 valiosas figuras expoliadas del palacio real tras la subyugación del reino de Benín (hoy Nigeria) por las tropas británicas en 1897.

La meta, según el presidente de la asociación de museos, es restituir los objetos, impulsar las cooperaciones e intensificar el intercambio. Puntualizó que también es posible llegar a un acuerdo con los dueños legítimos.

El Museo Regional de Baden, que el propio Köhne dirige, lo demuestra puntualmente en la colección de porcelanas del industrial judío Ernst Gallinek, que fue restituida a los herederos tras haber sido saqueada por los nazis, pero que permanece en el museo gracias a una compra por parte del estado de Baden-Wurtemberg.

El directivo aconsejó implementar un enfoque diferenciado al tratar la historia de las colecciones: "No es posible reescribir la historia siguiendo los parámetros actuales", dijo.

El presidente de la Asociación Alemana de Museos admitió que para cumplir esto se necesita de mucho tiempo / Foto: Cortesía Badisches Landesmuseum

Detalló que parte del llamado botín turco del Museo Regional, que es una colección de trofeos llevados a Alemania por príncipes de Baden, fue capturado efectivamente en el campo de batalla en las guerras en Turquía. Sin embargo, dijo que de los 600 objetos del periodo comprendido entre 1680 y 1700, estos son apenas unos pocos.

"Se trata de un acontecimiento histórico, pero no es un patrimonio colonial", dijo, ya que los margraves de Baden habían coleccionado específicamente arte otomano.

Alemania promulgó en 2016 la ley de protección de los bienes culturales para evitar la entrada ilegal de objetos. Desde el punto de vista de Köhne, se trata de un instrumento relevante, que puede ser evaluado y ajustado después si es necesario.

"Muchos objetos no cuentan con documentación. ¿Nos es suficiente tener la declaración jurada del propietario anterior o necesitamos más comprobaciones? Ahí todavía hay margen de maniobra", apuntó.

El presidente de la Asociación Alemana de Museos también consideró que para procesar el patrimonio cultural, además de suficientes recursos personales, se necesita de mucho tiempo.

"Se trata de una tarea de generaciones, que no puede ser resuelta con velocidad", afirmó, aclarando que no todos los tesoros coloniales en los museos son objetos expoliados.

"Muchos fueron vendidos, intercambiados o regalados", apuntó. Y añadió que las restituciones son obligatorias si se ven afectados los principios éticos y morales.

Como ejemplo, mencionó los restos humanos que acabaron en colecciones antropológicas o las cabezas reducidas. Hasta el siglo XIX, los cazadores de cabezas las preparaban como trofeos y las utilizaban con fines de culto.

"No se trata en primer lugar de aspectos jurídicos, sino de un compromiso moral", subrayó Köhne. Dijo que en la evaluación de los antecedentes de una adquisición debe involucrarse a las naciones de procedencia.

Köhne dejará su puesto al frente de la asociación que agrupa a los museos a comienzos de mayo. Está previsto que sea sucedido en el cargo por la directora del Museo de Ultramar de Bremen, Wiebke Ahrndt. Los miembros de la agrupación decidirán al respecto el 10 de mayo.



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