WASGINGTON. Cientos de personas protestaron en la ciudad de Atlanta para exigir justicia por la muerte del joven negro Rayshard Brooks a manos de un policía blanco, mientras la fiscalía local tachó lo sucedido de "irracional" y prometió que anunciará esta semana si presenta cargos contra el agente.
Atlanta se convirtió en un nuevo foco de las protestas contra la brutalidad policial y el racismo que sacuden EU desde hace veinte días, a raíz del caso de Brooks, de 27 años, que murió la noche del viernes por disparos de un policía tras resistirse a ser detenido por conducir ebrio.
El suceso, captado en tres videos distintos, provocó la dimisión de la jefa de Policía de esa ciudad sureña, Erika Shields; y el despido del agente blanco que disparó a Brooks, Garrett Rolfe, así como una baja administrativa para el policía que le acompañaba, Devin Bronsan.
"No parecía que (Brooks) presentara ninguna amenaza para nadie. El hecho de que esto escalara hasta resultar en su muerte parece irracional", opinó ayer el fiscal del distrito del condado de Fulton -donde se encuentra Atlanta-, Paul Howard, a la cadena CNN.
El caso de Brooks intensificó la indignación en las calles de Atlanta, que -al igual que otros cientos de ciudades de EU ya protestaba desde hace tres semanas por la muerte de otros afroamericanos a manos de la policía, en una ola de frustración espoleada por el homicidio de George Floyd en mayo en Mineápolis.
Otro grupo de decenas de personas se congregó durante horas en el lugar donde murió Brooks, el aparcamiento al aire libre de un restaurante de comida rápida de la cadena Wendy's.
Al menos 36 personas fueron arrestadas tras el bloqueo de una autopista y disturbios en la noche del sábado, tras prender fuego a un restaurante de la cadena Wendy's, cerca del cual Brooks murió.
La policía ofreció una recompensa de 10 mil dólares por información que lleve a detener de quienes iniciaron el incendio.
En tanto, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, defendió a su colega estadounidense, Donald Trump, de las criticas por su actuación ante las protrestas raciales en EU, que vinculó con el Partido Demóicrata, y opinó que los violentos sucesos de las últimas semanas demuestran que Estados Unidos vive una "profunda crisis".
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