Roma.- El camino ya está trazado. Los corruptos seránexcomulgados por decreto papal, aunque no será breve el caminopara que la sanción más grave que la Iglesia católica puedainfligir a un bautizado quede inscrita formalmente en el código dederecho canónico. Lo explicó el monseñor Michele Pennisi,arzobispo de Monreale (Sicilia), autor de esta revolucionariapropuesta en ocasión del reciente seminario en el Vaticano sobremafia y corrupción.
El tema será “profundizado” por el grupo interno deldicasterio para el Desarrollo Humano Integral, el “ministerio”vaticano creado recientemente por Francisco y presidido por elcardenal Peter Appiah Turkson.
Cuando el documento sea aprobado –explicó el monseñorPennisi, “presentaremos el texto al Papa, que supongo lo haráexaminar por la Doctrina de la Fe, la Penitenciaría apostólica yel pontificio Consejo para los Textos Legislativos y ver así laforma en que se hará el decreto” para la excomunión.En síntesis se puede decir que el caminotodavía es largo para poderle dar una definición canónica, loque no impide que la propuesta este suscitando reacciones tambiénfuera de la Iglesia. Se trata de “una iniciativa extraordinaria,de enorme valor histórico, jurídico y político”, afirmó elpresidente del Senado italiano, Pietro Grasso, mientras que para eljefe de la Autoridad anti-corrupción (un organismo del gobierno),Raffaele Cantone, habla de “decisión revolucionaria”.Ciertamente, como subrayó el secretario general de la ConferenciaEpiscopal Italiana (Cei), monseñor Nunzio Galantino, “el mafiosoy el corrupto están fuera de la Iglesia, pero la cuestión es unpoco complicada”. Lo dijo el mismo Bergoglio en junio de 2014:“los mafiosos están excomulgados”. Se trata de una excomunión“latea sententiae”, es decir automática. La propuesta delmonseñor Pennisi es ahora la de “dar un carácter jurídicoformal a la excomunión”, que quede impresa en el códigoeclesiástico. Esto con el fin “de que todo seaperfectamente claro en Italia y en el mundo”.
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El previsto decreto “es en primer lugar un llamado a laconversión, reparar al mal en la medida de lo posible y tomar ladistancia públicamente” de este fenómeno. “Si hay mafia, ocrimen organizado que es la misma cosa, también hay corrupción,aunque esto no vale al contrario”, dijo el monseñor.Francisco habla de corrupción política,económica, eclesiástica. Un pecado agravado porque el corrupto–afirmó Bergoglio- no pide perdón. /amg