PARIS, Francia – La coalición occidental liderada por Estados Unidos se prepara para lanzar el asalto final en Siria a fin de eliminar los últimos focos de resistencia de grupo yihadista Estado Islámico (EI), según los aliados europeos que participan en el conflicto.
Cuatro años después del comienzo de la ofensiva en Siria e Irak, los aliados occidentales están decididos a suprimir el último núcleo de resistencia en la ciudad de Hajin, en el este del país, donde se calcula que están concentrados los últimos mil islamistas en condiciones de combatir.
Esa batalla marcará probablemente el final de la guerra iniciada en marzo de 2011, que provocó más 465.000 muertos y desaparecidos, y más de cuatro millones de refugiados en casi siete años y medio de conflicto, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Los especialistas estiman que el grupo islamista perdió 99,5% del territorio que ocupaba en los momentos del apogeo del “califato”. En 2014, el Estado Islámico controlaba una superficie de unos 90.000 km cuadrados, según calculó en esa época Will Todman, del programa para Oriente Medio del Instituto de Estudios Estratégicos e Internacionales.
La campaña contra el EI comenzó hace tres años y se intensificó después que el grupo islamista fue derrotado y expulsado de Raqqa, que era la “capital” virtual del califato.
En el reducto final de Hajin se han concentrado numerosos extranjeros del EI, asegura el general británico Felix Gedney, vicecomandante estratégico de la fase final de la ofensiva de la coalición.
“Será una batalla extremadamente dura porque los yihadistas están preparando trincheras y posiciones defensivas para resistir hasta el martirio final porque saben que no tienen otra salida”, estimó.
La ofensiva probablemente se realizará mediante una campaña de bombardeos lanzados por las fuerzas aéreas de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. Los ataques aéreos serán seguidos de una ofensiva terrestre a cargo de las Fuerzas Democráticas Sirias, alianza promovida por Estados Unidos e integrada por kurdos sirios y combatientes árabes.
En las últimas semanas las fuerzas occidentales permitieron que algunos grupos civiles abandonaran Hajin, pero la mayoría de los habitantes están bloqueados dentro de la ciudad y se cree que el EI los ha convertido en rehenes para utilizarlos como escudos humanos.
Los recientes atentados suicidas en diversas ciudades sirias muestran que el EI aún es capaz de perpetrar ataques devastadores.
Los expertos occidentales creen que los sirios leales al presidente Bachar el Assad y sus aliados rusos se abstendrán de participar en la batalla final y esperan una rápida derrota yihadista que acelere el retiro de las fuerzas occidentales.