Conoce la importancia de los grupos sanguíneos

REDACCIÓN

  · viernes 14 de junio de 2019

Foto Ilustrativa. / OEM

Durante siglos las funciones de la sangre eran descocidas, tan sólo se intuía su relevancia, por lo cual los médicos realizaron diversos intentos de trasfusiones sanguíneas para tratar distintas enfermedades, aunque en la mayoría de los casos los resultados eran nocivos para los pacientes, debido a ello, esta práctica tuvo que ser prohibida.

En 1900, tras realizar mezclas de sangre de distintas personas, el patólogo de origen alemán, Karl Landsteiner, se percató que algunas muestras eran compatibles, mientras que otras no lo eran.

Descubrió que, en la superficie de los hematíes, existían dos tipos de proteínas marcadoras o antígenos que denominó A y B. Observó, además, que el plasma contiene también dos tipos de anticuerpos que reaccionan con las proteínas de los glóbulos rojos y que llamó anticuerpos Anti-A y Anti-B. De esta manera estableció cuatro tipos de grupos sanguíneos:

GRUPO A: Sus glóbulos rojos tienen el antígeno A y en las que su plasma se encuentra el anticuerpo Anti-B.

GRUPO B: Sus glóbulos rojos tienen el antígeno B y su plasma los anticuerpos Anti-A.

GRUPO AB: Los glóbulos rojos de este grupo tienen los dos tipos de antígenos: A y B; pero el plasma no tiene ningún anticuerpo.

GRUPO O: Los glóbulos rojos no tienen antígenos, pero el plasma tiene anticuerpos Anti-A y Anti-B.

Partiendo de esta premisa estableció la compatibilidad entre los distintos grupos según las reacciones que se producían, ya que los anticuerpos que posee cada grupo sanguíneo reaccionan cuando se introducen en el torrente sanguíneo hematíes con antígenos “extraños”: Anti-A contra antígenos A y Anti-B contra antígenos B.

Landsteiner continuó investigando sobre el tema, puesto que seguían produciéndose reacciones transfusionales, y así descubrió, en 1940, el factor Rhesus durante sus experimentos con macacos Rhesus.

Este sistema comprende varios antígenos, el más importante de los cuales es el factor D.

Este factor se encuentra en la sangre del 85% de las personas, que se denominan Rh positivos, mientras que el 15% restante que carece de este factor, son Rh negativos.

Por tanto, las personas se clasifican, por ejemplo, como 0 positivas o AB negativas, basándose en los grupos AB0 y en el Rh.

De esta manera, cuando se va a realizar una transfusión hay que atender la compatibilidad de los dos factores.

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